La Archontophoenix cunninghamiana es una planta que crece mejor en semisombra

La Archontophoenix cunninghamiana es una de esas pocas palmeras afortunadas que ha conseguido popularizarse rápidamente en las regiones templadas-cálidas de Europa. Su rápido crecimiento y su tronco delgado y esbelto la convierten en una planta idónea para cultivar en jardines de pequeños a grandes e incluso en grandes macetas.

Aunque no es tan resistente al sol como su hermana Archontophoenix alexandrae , tiene un valor ornamental incalculable. ¿La conocemos?

Origen y características

La Archontophoenix cunninghamiana es una palmera muy elegante

Nuestra protagonista es una palmera unicaule -de un solo tronco- originaria de Australia, cuyo nombre científico es Archontophoenix cunninghamiana . Popularmente se la conoce como palmera de Cunningham, seafortia, palma bangalow o palma Rey (King Palm). Crece rápidamente hasta alcanzar una altura de 20-25 metros . Sus hojas son pinnadas, de hasta 4 metros de largo, de color verde normalmente, pero pueden salir rojizas.

Las flores se agrupan en inflorescencias que surgen del estípite, y son de color violeta. Los frutos son rojos, miden alrededor de 1 centímetro, y tiene forma ovalada.

¿Cuáles son sus cuidados?

Los frutos de la Archontophoenix cunninghamiana son rojos

Si quieres tener un ejemplar, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:

Ubicación

  • Exterior : crece mejor en semisombra. A pleno sol se quema fácilmente y le cuesta adaptarse.
  • Interior : puede estar en una habitación luminosa, lejos de las corrientes de aire.

Tierra

  • Jardín : es indiferente siempre que sea fértil y tenga buen drenaje.
  • Maceta : sustrato de cultivo universal mezclado con un 30% de perlita.

Riego

Las hojas de la Archontophoenix cunninghamiana son pinnadas

La frecuencia de riego va a depender mucho de la ubicación, así como del clima. Por eso, lo ideal es comprobar la humedad de la tierra antes de proceder a regarla para evitar problemas . Para eso podemos hacer lo siguiente:

  • Introducir un palo delgado de madera: lo podemos conseguir en cualquier restaurante o comercio chino o japonés. Si al extraerlo sale con mucha tierra adherida, no regaremos puesto que la tierra estará muy húmeda aún.
  • Utilizar un medidor de humedad digital: nada más introducirlo nos dirá qué grado de humedad tiene esa porción de tierra que ha entrado en contacto con él, pero para que nos sea realmente útil es importante que lo introduzcamos en otras zonas (más cerca de la planta, más lejos).
  • Pesar la maceta una vez regada y de nuevo al cabo de unos días: la tierra húmeda pesa más que la seca, así que esta diferencia de peso nos puede servir como una guía para saber cuándo regar.

De todas maneras, para tener más o menos una idea, yo riego 4-5 veces por semana en verano y unas dos veces por semana el resto, viviendo en una zona con clima mediterráneo seco (temperatura anual máxima de 38ºC y mínima de -1’5ºC, y con unos 350mm de precipitación al año).

Durante los meses más cálidos, si se tiene en maceta se le puede poner un plato debajo.

Abonado

Desde comienzos de primavera hasta finales del verano (se puede en otoño también si se vive en una zona con clima suave o cálido) se debe abonar para que pueda crecer bien. Para esto aconsejo usar abonos orgánicos , como guano , humus de lombriz , harina de huesos…

El abono químico para palmeras está bien, pero incompleto, por lo que podemos usarlo combinado con otros que sean orgánicos, un mes sí y otro no. No hay que mezclarlos nunca puesto que de hacerlo las hojas veríamos que no lo resistirían.

Multiplicación

La Archontophoenix cunninghamiana se multiplica únicamente por semillas en primavera o verano . La manera de proceder es la siguiente:

  1. Lo primero que haremos será introducirlas en un vaso con agua durante 24 horas. Al día siguiente, deshecharemos aquellas que se hayan quedado flotando pues probablemente no germinarán.
  2. Luego, preparamos una maceta con sustrato de cultivo universal mezclado con un 30% de perlita y regamos a consciencia.
  3. A continuación, colocamos las semillas sobre la superficie, colocándolas a una distancia de 2-3 centímetros entre ellas. Es importante también no poner demasiadas en un mismo recipiente, ya que de hacerlo más adelante, a la hora de ponerlas en macetas individuales, podríamos perder más de una. Para que esto no pase, hay que poner 2 o 3 en una maceta de 10,5cm.
  4. El siguiente paso es cubrirlas con una capa de sustrato, más que nada para que no queden expuestas al sol de manera directa.
  5. Por último, regamos de nuevo, esta vez con un pulverizador, y colocamos la maceta en el exterior, en semisombra.

Manteniendo el sustrato humedecido, las semillas germinarán en 2 meses como máximo .

Plagas y enfermedades

Picudo rojo, una plaga potencialmente mortal para las palmeras

Es una palmera muy resistente, pero puede verse atacada por:

  • Cochinillas : pueden ser algodonosas o de tipo lapa. Son parásitos chupadores de savia que encontraremos en las hojas más tiernas. Podemos quitarlas a mano, con un pincel empapado en alcohol de farmacia o con un insecticida anti-cochinilla.
  • Picudo rojo y Paysandisia : son dos plagas que están causando estragos. El primero es un gorgojo (una especie de escarabajo pero más delgado) cuyas larvas excavan galerías en el cogollo de la palmera, y la segunda es una polilla cuya larva excava galería en el tronco y hace agujeros en forma de abanico en las hojas. Es necesario hacer tratamientos preventivos en primavera y verano con imidacloprid, y con estos remedios .

Poda

No la necesita . Si un caso hay que quitarle las hojas secas en otoño.

Rusticidad

La Archontophoenix cunninghamiana resiste bien hasta los -4ºC .

¿Qué te ha parecido esta palmera? ¿La conocías?


Contenidos relacionados