El plumbago es un arbusto trepador cuyas ramas caen en cascada muy popular. Sus preciosas florecillas llegan a cubrirlo casi por completo durante la primavera y el verano, incluso en otoño si el clima es suave; además, tienen la peculiaridad de que se quedan enganchadas fácilmente en la ropa.
Originario de Sudáfrica, se cultiva ampliamente en regiones cálidas. Decorativo y resistente a las altas temperaturas, esta es una planta muy agradecida que se verá estupenda tanto en el jardín como en maceta.
A nuestro protagonista científicamente se le conoce por el nombre de Plumbago auriculata , y pertenece a la familia Plumbaginaceae. Tiene hojas perennes, obtusas y espatuladas, recubiertas por escamas blanquecinas en el envés y en los tallos, que son leñosos. Las flores, que pueden ser azules o blancas, están compuestas por 5 pétalos y tienen forma cilíndrica, de unos 3cm de diámetro.
Al ser originario de un lugar tan cálido como Sudáfrica, al Plumbago no le sienta demasiado bien el frío (sólo hasta -4ºC), pero sí las altas temperaturas. Tanto es así que puede soportar sin problemas +30ºC. Asimismo, es muy recomendable plantarlo en un lugar donde esté expuesto directamente al sol , ya que si bien puede crecer bien a semisombra, su floración puede ser pobre.
¿Cómo se cuida?
El Plumbago es una planta nada exigente. Crece en todo tipo de suelos, incluyendo el calcáreo, siempre que no le falte humedad. En efecto, los riegos tienen que ser frecuentes, especialmente en verano, por lo que se regará unas 3-4 veces a la semana durante la mencionada estación, y 1-2 semanales el resto del año . Aprovecha para abonarlo con, por ejemplo, guano para que crezca y se desarrolle mejor desde la primavera hasta el otoño.
Y, por cierto, no hay que olvidarse de hacerle tratamientos preventivos con insecticidas como Aceite de Neem, ya que es atacada por ácaros, cochinillas y pulgones.
El Plumbago es una planta muy interesante, ¿no te parece? ¿Tienes en tu hogar?