La ardisia es una planta de porte arbustivo que se puede cultivar en interior sin demasiados problemas. Su cultivo es relativamente sencillo, y es muy decorativa, pues sus bayas de color rojo intenso permanencen en ella prácticamente un año entero.
Si te apetece decorar tu hogar con una planta bonita y resistente , no dudes en hacerte con una ardisia 🙂 .
¿Cómo es la ardisia?
Se trata de una planta originaria de las zonas cálidas de Asia y África perteneciente a la familia botánica Myrsinaceae. Crece como arbusto siempreverde de 40-70cm de altura con hojas coriáceas, alternas, de hasta diez centímetros de longitud, y de color verde brillante. Las flores se agrupan en inflorescencias en forma de panícula o de racimo colgante. Los frutos son drupas de 6mm de diámetro de color rojo que terminan de madurar en otoño-invierno.
Su crecimiento es más bien lento, por lo que es muy fácil tener su desarrollo bien controlado mediante podas . Además, se puede tener en maceta durante toda su vida sin problemas.
¿Cómo se cuida?
¿Te está gustando la ardisia? Si es así, aquí tienes una serie de consejos para que puedas presumir de ella desde el primer día:
- Ubicación : debes de colocarla en una habitación en la que llegue mucha luz procedente de fuera.
- Sustrato : tiene que tener muy buen drenaje para evitar la pudrición de raíces. Una buena mezcla sería sustrato de cultivo universal mezclado con un 30% de perlita o arena de río limpia.
- Riego : tres veces por semana en verano, y cada 4 días el resto del año. Usar agua blanda, sin cal.
- Abonado : desde primavera hasta verano se debe abonar con un abono líquido para plantas, como el guano por ejemplo, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
- Trasplante : cada dos años, en primavera.
- Multiplicación : por semillas y esquejes en primavera.
- Poda : se puede podar si es necesario a finales de invierno, quitando las ramas muertas, enfermas o débiles.
- Rusticidad : soporta el frío de hasta los -1ºC.
La ardisia es una planta muy interesante, ¿no te parece? 🙂