La Rosa del desierto , cuyo nombre científico es Adenium obesum, es un arbusto pequeño de no más de cinco metros de altura. Su origen se encuentra en el este de África y en el sur de Arabia.
Es muy común encontrarla en colecciones de cactus y plantas crasas por sus flores, las cuales tienen un alto valor ornamental.
Es una planta que posee un tallo tuberoso, caudiciforme, muy grande. Sus hojas son ovaladas, semipersistentes, de color verde oscuro, con el nervio principal muy marcado.
Su crecimiento es muy lento, quizás 50cm en diez años.
Las flores, las cuales pueden ser de varios colores (rosas, rojas, blancas, bicolores…) aparecen solitarias o en ramos, y miden unos 10cm de diámetro.
Es apta para el cultivo en interior y para la técnica del Bonsái.
Su mantenimiento es sencillo, pero debemos tener en cuenta que no resiste heladas. Los cuidados que necesita son:
- Ubicación: pleno sol. Tolera la semisombra.
- Riegos: depende del clima que tengamos. En general una vez a la semana en verano, y el resto del año cada quince días. Si nos excedemos con los riegos, el tallo se pudrirá. La Rosa del desierto no tolera el encharcamiento .
- Sustrato: drenante. Podemos usar una mezcla comercial para cactus y plantas crasas, o bien mezclar turba negra y un material drenante (perlita o vermiculita) al 50%.
- Abono: una vez a la semana o cada quince días desde marzo a octubre.
- En climas con heladas, resguardar en interior o en un invernadero a una temperatura igual o superior a diez grados.
En invierno, si pierde las hojas, es algo normal. La planta entra en reposo, es su manera de hibernar. Espaciaremos los riegos a uno al mes.
La Rosa del desierto puede ser atacada por pulgones y cochinillas, los cuales deberán ser erradicados con productos específicos.
No es necesario trasplantarla a menudo. Si al momento de adquirirla la trasplantamos a una maceta un poco más grande que la que tenía, el nuevo tiesto le servirá durante varios años.
Más información – Cultivo de cactus y otras suculentas