Las trepadoras son una especie muy elegida por las personas que cuentan en sus hogares con grandes muros que desean cubrir. Los resultados son fantásticos pues gracias a la forma en la que crece esta planta permite transformar la atmósfera del lugar.
La trepadora crece hacia arriba debido a que busca la luz natural . En su intento por alcanzarla va cubriendo las paredes, los muros o los enrejados y esto ocurre gracias a sus raíces de fijación. El caso más emblemático es la hiedra , que cuenta con unos discos de fijación, también llamadas raíces aéreas, que funcionan a modo de agarre sobre la superficie de escalada. Estas raíces no buscan absorber el agua y los nutrientes sino simplemente extenderse y sujetarse. Similares a las clásicas ventosas, las raíces de fijación de la hiedra son muy fuertes y si tiras de la planta las ventosas permancerán en la pared, incluso quedarán marcadas en ellas si realizas tareas para quitarlas.
Otras trepadoras en cambio se adhieren a la pared gracias a sus zarcillos. Los hay de diferente tipo, dependiendo de la variedad: el zarcillo de la Virginia trepadora tiene un extremo adhesivo que se pega al apoyo, el del guisante de olor y de la uva se doblan alrededor de la superficie de apoyo. También hay zarcillos enrollados, que se envuelven sobre si mismos arrastrando el tallo de la planta en el proceso para así sujetarla.
Algunas trepadoras como las madreselva presentan un sistema de tallos entrelazados, que se entremezclan alrededor de la estructura de soporte al crecer. Por eso estas plantas son ideales para cubrir pérgolas.
Más allá del modo en el que las trepadoras se adhieren, es importante conocer sus particularidades para así elegir las estructuras de soporte idóneas para cada una de ellas, ya sea muros, enrejados, pérgolas, arcos de madera o caña, etc.
Más información – Treapadoras o enredaderas, color en lo alto
Fuente –
Foto – Hogar útil