La Aeonium tabuliforme es una bella suculenta que crece de forma aplanada, sin tallo, con muchas hojas de forma espatulada superpuestas, de color verde claro y algo peludas. En cuanto a los cuidados y cultivo de Aeonium tabuliforme es importante saber que cuando crece en condiciones ideales, la roseta puede alcanzar 30 cm o más de diámetro y ser casi completamente plana. Originarias de las Islas  Canarias, estas suculentas crecen en  acantilados volcánicos empinados con sombra donde las rosetas se aferran a las laderas verticales.

En el cultivo

Aeonium tabuliforme se cultiva en una maceta abierta o al aire libre en sombra parcial o moderada. No le gustan los veranos calientes y húmedos, y con frecuencia muestra bordes amarillentos de hojas marrones y una tendencia a a formar una especie de cúpula o domo en el medio si se cultiva en un sitio demasiado cálido y soleado. Como especie de exterior  puede ser excelente pero requiere un ambiente libre de escarcha o heladas. La mayor parte de su crecimiento sucederá durante el otoño y puede crecer de 10 cm a 30 cm en unos pocos meses si las condiciones son de su agrado.

La propagación de A. tabuliforme es más fácil a partir de las rosetas que provienen de las plantas más antiguas de la versión crestada de esta planta. Las rosetas se arraigan rápidamente incluso si son pequeñas. Las hojas maduras sanas también producirán plántulas cuando estén callosas, pero este método de propagación requiere la eliminación de las hojas demasiado maduras para llegar a las maduras gorditas. Si desea mantener por largo tiempo especies de Aeoniun tabuliforme en su colección, es recomendable tener versiones crestadas de esta especie como proveedor de hijuelos para reemplazar las plantas viejas que florecen o se dañan. Los problemas asociados con Aeonium tabuliforme giran principalmente en torno al intento de cultivar especímenes grandes en macetas.

Cuando las plantas más viejas están estresadas, florecerán desde el centro de la roseta y la planta morirá. Las plantas al aire libre florecerán en la primavera y la espiga de la flor puede elevarse en cuestión de unas pocas semanas. Las flores no son impresionantes, pero es interesante observar cómo se desarrolla el pico desde la roseta plana.

Las plantas  de Aeonium tabuliforme que no florecen, con el tiempo llegarán a tener un tallo y, probablemente, adquiriraán forma de cúpula y crecerán torcidas. Los ácaros pueden dañar a A. tabuliforme durante el invierno. El ácaro infecta las hojas más nuevas solamente y las succiona en seco, formando un anillo de bordes de hojas de color más claro. El secreto para cultivar especies de A. tabuliforme es cultivarlas rápidamente en condiciones frías y húmedas y evitar cualquier daño a las hojas, ya que éstas se cicatrizan fácilmente y desfigurarán la planta por el resto de su vida.

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