Nuestra protagonista de hoy es una trepadora magnífica: la parra virgen . Resistente a la sequía y a las heladas, rústica, y por si fuera poco, sus frutos son comestibles . Éstos empiezan a madurar hacia finales de otoño, pero el periodo de fructificación se puede alargar hasta bien entrado diciembre, llegando incluso hasta Navidad. El nombre científico del género es Parthenocissus y, aunque hay unas 10 especies distintas, las más conocidas son la Parthenocissus quinquefolia cuya hoja está compuesta por cinco foliolos, y la Parthenocissus tricuspidata cuya hoja es simple, sin dividir, pero sin embargo tiene como tres puntas en su parte inferior, de ahí que se llame tricuspidata .
¿Te gustaría saber más de esta preciosa planta?
El origen de la parra virgen se encuentra en Asia y América del Norte llegando a México. Son arbustos trepadores, de hoja caduca, que pueden tapar edificios y casas altas de hasta 7-8 metros en pocos años . Tiene un crecimiento muy rápido, y su gran adaptabilidad a diversos climas y tipos de suelo la han convertido en la trepadora por excelencia de muchos jardines tanto botánicos como privados.
Además, si buscas crear contraste en tu jardín pero vives en un clima mediterráneo, la parra virgen es una de las pocas plantas que logran teñirse de un color rojo intenso en otoño en este tipo de clima , haciendo así que esa estación sea aún más bonita.
Como se puede ver en la fotografía, es una trepadora que no necesita soportes para crecer. Ella misma se agarra en el más mínimo agujero que pueda encontrar en la pared, y conseguir así crecer y alcanzar alturas tan altas.
En jardinería se usa para cubrir muros, paredes, celosías… Incluso también se puede utilizar como planta colgante, o como bonsái gracias a que su tronco es, a diferencia de otras trepadoras, leñoso. Se puede podar siempre que se considere oportuno , preferiblemente al finalizar el verano cuando pierda las hojas.
¿Qué te parece la parra virgen?
