Un jardín más sostenible (y sin embargo bonito)
Si hay una palabra que marcará el camino de la jardinería en los próximos tiempos es sostenibilidad. No es una moda sino una necesidad, determinada por razones de peso como las nuevas condiciones climáticas y la obligación de proteger el medio ambiente. Aquí te contamos qué puedes hacer para conseguir un jardín más sostenible.
En el Chelsea Flower Show de 2019 Chris Beardshaw presentó este jardín sostenible con profusión de vivaces.Gilberto Segovia,
Texto_ ingeniero técnico agrícola
A lo largo de su historia, la jardinería ha protagonizado derroches ingentes sin importar el coste. Hoy la situación es bien distinta: las consecuencias del cambio climático son evidentes y es imprescindible limitar el impacto en el medio ambiente.
Practicar una jardinería más sostenible está al alcance de todos, sin que ello signifique renunciar a tener un espacio verde bonito.
Practicar una jardinería más sostenible está al alcance de todos, sin que ello signifique renunciar a tener un espacio verde bonito.
Practicar una jardinería más sostenible está al alcance de todos, sin que ello signifique renunciar a tener un espacio verde bonito.
Practicar una jardinería más sostenible está al alcance de todos, sin que ello signifique renunciar a tener un espacio verde bonito.
Practicar una jardinería más sostenible está al alcance de todos, sin que ello signifique renunciar a tener un espacio verde bonito.
Practicar una jardinería más sostenible está al alcance de todos, sin que ello signifique renunciar a tener un espacio verde bonito.
Se trata de “hacer lo máximo posible con, lo mínimo posible”, como dice el paisajista Gilles Clément [lee su entrevista en páginas 16-19]. Practicar una jardinería más sostenible está al alcance de todos, sin que ello signifique renunciar a tener un espacio verde bonito. No por ser sostenible un jardín ha de ser salvaje y con poco diseño.
En el riego cada gota cuenta
El punto clave para la sostenibilidad de un jardín en España es el riego. Para sacar buen partido de cada gota es preferible aguantar sin regar la mayor cantidad de días posible, aunque vigilando frecuentemente el buen estado de las plantas. El riego se debe hacer en abundancia y por la noche o a primera hora de la mañana para reducir las pérdidas por evaporación y para que las plantas cuenten con una reserva de agua en profundidad.
Las plantas adecuadas en el sitio adecuado
Lo sostenible es cultivar las plantas apropiadas para el lugar. Esto significa que en la selección hay que considerar que sus necesidades de cultivo y las condiciones que ofrece el jardín casen lo mejor posible. Las zonas de clima mediterráneo del mundo ofrecen gran diversidad de especies, ¡seguro que entre ellas encuentras muchas que te encanten! También es recomendable usar plantas de crecimiento lento: tienen menos requerimientos de mantenimiento y nutrición y generan menos residuos. Piénsatelo dos veces antes de arrancar cualquier planta que nazca en tu jardín, pueden ser tan bonitas como caléndulas o amapolas, que te regalarán cientos de flores sin pedirte nada.
En vez de césped, gran consumidor de agua y nutrientes, se puede formar una pradera con especies tolerantes a la sequía y cierto grado de pisoteo. O incluso usar céspedes artificiales fabricados con plástico reciclado y reciclables.
Suelo: la base de un buen jardín
Una buena preparación del suelo es esencial, ya que permite consumir muchísima menos agua y consigue que las plantas crezcan infinitamente mejor, haciendo el jardín más sostenible a medio y largo plazo. Puede no requerir grandes movimientos de tierra: no se debería profundizar más de 10-15 cm, aunque todo dependerá de cada suelo.
En cuanto a los sustratos para macetas, los fabricantes intentan prescindir cada vez más de las turbas, cuya extracción se considera no sostenible.
Abono: mejor si es orgánico
Los abonados en plantaciones de tipo mediterráneo, jardines secos y de bajo riego no suelen ser muy necesarios, aunque dependerá en gran medida del estado inicial del suelo y de su acondicionamiento. En caso de que sea necesario siempre es preferible usar abonos orgánicos, y si provienen del compostaje de nuestros residuos vegetales, mucho mejor.
Mulching: acolchar para mantener la humedad y proteger el suelo
Acolchar el suelo de las plantaciones es fundamental para un buen aprovechamiento del agua, ya que reduce muchísimo las pérdidas, evita la erosión y la destrucción de su estructura, y mejora mucho la microfauna-flora. El experto en flora mediterránea Olivier Filippi recomienda acolchar con gravas, pero también se pueden usar materiales orgánicos como la corteza de pino y reciclados como los restos de poda triturados o la propia hojarasca de las plantas.
Combatir plagas y hongos sin perjudicar a la fauna útil
Instalar comederos, bebederos, charcas o estanques, cajas nido para aves y murciélagos, hoteles de insectos, etcétera, fomenta la presencia de animales que contribuyen a reducir la presencia de algunas plagas. De paso se promueve la biodiversidad, que es uno de los objetivos del jardín sostenible.
Para combatir las plagas y hongos sin perjudicar a las abejas, mariposas y otros insectos útiles, se puede recurrir a una serie de productos disponibles en los centros de jardinería, así como a preparados caseros, que son de rápida degradación y no dejan residuos perjudiciales en el medio ambiente.
Residuos: compostar lo orgánico, reutilizar los plásticos y materiales duros
Un buen planteamiento inicial del jardín reduce mucho la generación de residuos. Además, compostando los restos orgánicos de poda y limpieza de las plantas y de frutas y hortalizas de la cocina se obtiene un excelente mantillo. Los materiales inorgánicos se pueden reutilizar, o en todo caso depositar en un punto limpio para ser reciclados.
La sostenibilidad empieza en el proceso de diseño
La sostenibilidad debería tenerse en cuenta desde los mismos procesos de diseño, que contemplen una aproximación más sensible a las intervenciones y los recursos que se van a utilizar en el jardín. En las obras de muchos paisajistas y jardines históricos de las zonas mediterráneas hay numerosos ejemplos de prácticas sostenibles que se pueden adaptar a los jardines particulares.
El diseño.
No por ser sostenible el jardín ha de tener un aspecto asilvestrado y desordenado. Las plantaciones de tipo naturalista o de aspecto silvestre son compatibles con una base geométrica que confiera sensación de orden y equilibrio al espacio.
Los primeros pasos.
El jardín debería hacerse sin prisa, pensando bien antes de acometer cada fase. Puede ser interesante pasar una temporada observando el ritmo propio del lugar donde se construirá: los cambios de la luz, qué plantas nacen espontáneamente en él, qué animales lo visitan y cuándo…
El mantenimiento.
No se trata de una lucha contra la suciedad y las hierbas no deseadas... Se trata de respetar los ciclos naturales e ir a favor del medio, acompañándolo, respetándolo y evitando imponerse a él.