Al momento de cultivar una planta suculentas o un cactus, es necesario conocer si presentan propiedades que puedan resultar tóxicas o nocivas para personas y animales, a fin de evitar cualquier contacto que pueda resultar perjudicial. Las plantas suculentas no quedan exentas de peligros, aún siendo pocas las realmente tóxicas. Es por ello que este artículo está centrado en orientar sobre las plantas suculentas que pueden considerarse peligrosas e indagar en el tipo de amenaza que ofrecen, así como ofrecer tips y consejos para su manejo.

La mayoría de las suculentas no suponen peligro o riesgo para los seres humanos. En cuanto al grado de toxicidad, este suele ser bastante bajo; por lo que el mayor peligro que presentan son las espinas de los cactus y las hojas filosas o pinchantes de algunas otras.

Aparte de esta amenaza obvia, existen otras en lo que se refiere  a sus propiedades en un pequeño grupo de suculentas, no tan notables, lo cual puede resultar un peligro para niños o animales que tiendan a comer o llevarse a la boca hojas o partes de estas plantas.

Algunas suculentas tóxicas

Las Euphorbias son una familia de suculentas significativamente tóxica. Estas plantas suculentas contienen una savia blanca o sustancia lechoza en sus hojas que irrita la piel, provocando erupciones en cualquier zona con la que haya contacto. Por esto, es aconsejable utilizar guantes para su manipulación, y bajo ningún motivo ingerir parte alguna de una Euphorbia.

Las especies de Kalanchoe también presentan un grado de toxicidad, aunque no se consideran peligrosas para los seres humanos, muchos de ellos si  lo son para animales. Si tu mascota ingiere una hoja de Kalanchoe puede caer enferma, aunque son raramente letales. Se recomienda visitar al veterinario al hacerse visibles los primeros síntomas de intoxicación.

El árbol de jade o Crassula ovata (también conocida como jade bebé, planta de jade, planta de goma china, ficus enano, árbol de la amistad, etc.) es sumamente tóxica para mascotas, pudiendo llegar a producir vómitos, disminución de los latidos cardíacos y ataxia (descoordinación motora). Algo similar también ocurre con la familia de plantas Aloe, en la cual la aloína es su principal agente tóxico. La aloína es amarga, de color amarillento, se encuentra en la mayoría de las especies de aloe y puede causar vómitos y enrojecimiento de la orina.

Los síntomas de envenenamiento más comunes son: vómito, diarrea, irritación de la boca, salivación excesiva, pérdida de apetito. En el caso de una intoxicación severa puede llegar a producirse pérdida de conciencia y/o convulsiones. Acudir a un médico o veterinario, según el caso en que se presenten estos síntomas al contacto o ingesta con suculentas tóxicas.

Como mencionáramos anteriormente, la toxicidad de algunas suculentas suele afectar en mayor grado a los animales. Por esto, es recomendable tomar ciertas precauciones con tus cultivos de suculentas, evitando el fácil acceso de tu mascota a las plantas.

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