A partir de los recortes, se pueden cultivar suculentas que crecen de forma rápida y con un mínimo de esfuerzo. Esto las hace perfectas para adornar la sala de tu casa o un jardín. Una hoja o un tallo bien cortado es prácticamente todo lo que necesita un jardinero para hacer crecer una suculenta completamente nueva con éxito.
Propagación a partir de un recorte de hoja.
Es relativamente fácil quitar una hoja de una planta suculenta sana sin afectar su aspecto u obstaculizar su crecimiento. Además, cuando una suculenta ha crecido estirada, con un tallo largo que puede resultar indeseable para algunos, se puede separar cada una de las muchas hojas de la planta y hacerlas crecer en unas nuevas.
Prepare en una maceta o bandeja la mezcla de tierra, dotándola de un buen drenaje. Una mezcla de partes iguales de tierra y perlita funciona bien. No necesita de más de un par de centímetros de profundidad para la etapa inicial. Una cacerola de aluminio funciona bien para propagar varias plantas nuevas a la vez.
Las hojas pueden ser arrancadas a mano o cortadas con una herramienta de metal (esto es lo más recomendable). Un cuchillo afilado, una hoja de afeitar o unas tijeras podadoras logran un buen trabajo. Es importante esterilizar la herramienta primero, para prevenir cualquier infección en la planta o en la hoja. Corte lo más cerca posible del tallo, sin dañar este o la hoja. Para arrancar a mano: balancea la hoja suavemente de un lado a otro hasta que se suelte. Algunas hojas se aflojan con facilidad, lo que hace este método muy popular.
Deja las hojas secar. Colóquelas sobre la superficie de la mezcla de suelo, orientada hacia la luz solar directa. Tras un par de días, luego que se sequen las hojas, añade agua. Esto es vital, pues regarlas antes de que se sequen hará que se pudran. También da tiempo suficiente para que la herida del corte se cure.
Una vez que han secado lo suficiente, tiene dos opciones para proceder: humedecer el suelo regularmente; o esperar a que las hojas empiecen a crecer por su cuenta. En ambientes húmedos, las hojas pueden no requerir agua en lo absoluto. En un clima seco es recomendable proporcionarles agua con moderación. Un método eficaz es agregar una pizca de agua a la maceta cada vez que se seque por completo. Después, entre un par de semanas y un mes, las raíces diminutas, y posiblemente las hojas de una nueva planta, emergen del extremo cortado de las hojas.
Ayuda a las raíces a encontrar el suelo.
A veces las raíces crecen en el suelo por su propia cuenta, otras crecen en el aire y necesitan ser guiadas. Para esta última situación, forma un montón de tierra y cubre suavemente las raíces con una pequeña capa de tierra. Utilice una botella de aerosol para agregar un spritz ligero del agua a este punto, una vez a la semana.
Separa y listo.
Dentro de un mes aproximadamente, se debería ver un nuevo crecimiento en el corte plantado. En este punto, ya es seguro colocar cada una en su propia maceta, o también mezclarlas en un arreglo para jardín. Ya una vez la suculenta llegada a la madurez, solo necesitará riego una vez cada pocas semanas.
Propagación desde un vástago
Cuando una suculenta se pierde debido a la falta de luz, un método eficaz para salvar la planta es “decapitarla”. Cortando desde la base, y repitiendo el mismo proceso que con las hojas, podrás salvar tu suculenta propagándola a partir de la cabeza o el tallo.
Corta la roseta de la parte superior con un instrumento esterilizado, y deje el corte secar. Riegue con moderación hasta que salgan
las raíces , luego la naturaleza tomará su curso. El tallo restante deberá cultivar nuevas plantas por sí solo. Los agricultores podrán cortar estos para seguir con la propagación.