Es necesario para que tus suculentas crezcan -ya sea que se encuentren en contenedores en un patio, tanto como cubiertas de tierra o dispuestas en una cama de jardín- proveerles de una mezcla de tierra ideal o adecuada a su capacidad para retener agua. Además del riego, será necesaria una buena mezcla de tierra para que el suelo permita que el agua drene y se seque rápidamente, a fin de evitar que las raíces se pudran.
Usualmente a las suculentas les va bien un suelo considerado pobre, lleno de elementos inorgánicos, en lugar de un compuesto rico en materia orgánica. Algunos jardineros recomiendan una mezcla de 1 parte de suelo de jardín, 1 parte de arena, y 1 parte de musgo de turba; o una mezcla de 1 parte de tierra de maceta y 1 parte de perlita. Otros jardineros aconsejan evitar las mezclas de enyesados que contengan turba, eliminar cualquier madera (ramitas) de la mezcla, y añadir un grueso tipo de arena para el suelo de las macetas.
Prueba del suelo para suculentas
El uso de arena, piedra pómez, granito descompuesto o perlita como elemento inorgánico en su medio de cultivo es menos importante que asegurarse que el suelo sea capaz de desmoronarse rápidamente abriendo paso al agua para que pueda drenarse. Si su suelo se deshace luego de mojarlo y darle un apretón, tiene los componentes adecuados. Si permanece formado en forma de bulto, necesita añadir más elementos inorgánicos a la mezcla.
El mejor suelo para las suculentas es ligeramente ácido con un alto contenido de cal. Si un kit de prueba de suelos determina que su suelo es muy ácido, sus plantas se beneficiarán de una lima hortícola añadida al suelo. Si su suelo es demasiado alcalino, cambie el equilibro regando con una solución de 1 cucharada de vinagre blanco disuelta en 5 galones de agua. Remate su medio de cultivo con una capa de grava o pequeñas rocas de río para mantener la parte superior de las plantas secas.