¿Quién no ha disfrutado con la planta vinagrillo cuando era joven? Yo recuerdo que solía coger sus flores y masticar el tallo cada vez que volvía de clase. Me encantaba su sabor ácido.
Además, hay que decir que sus flores son muy, muy bonitas. En un jardín no suele ser bienvenida, ya que crece rápido y se multiplica con una facilidad increíble, pero solo por disfrutar de su sabor vale la pena aprovecharla.
Origen y características
El vinagrillo (o vinagreta, como también se conoce), es una hierba rizomatosa perenne endémica de Namibia y de la región de El Cabo en Sudáfrica, aunque a día de hoy se ha naturalizado en las zonas cálidas de Europa, oeste de Estados Unidos, México y Australia. Su nombre científico es Oxalis pes-caprae , y al canza una altura de hasta 40cm . Sus hojas son trifoliadas, de color verde oscuro.
Las flores son amarillas y se agrupan en inflorescencias que surge de un tallo llamado pedúnculo que mide 6-35cm de largo. El fruto es una cápsula de 5-8mm en cuyo interior se encuentran 3-4 semillas.
¿Se puede cultivar?
Lamentablemente, en los países antes mencionados, no. Crece muy rápidamente, y al no tener depredadores que la controlen… se ha convertido en una especie invasora. Ahora bien, eso no quita que no se pueda aprovechar aquellos ejemplares que encontremos en nuestro jardín.
Y es que, antes que tirarla al montón de compost, nos puede ser de gran utilidad.
¿Qué usos tiene?
El vinagrillo o vinagreta es una hierba que, como podrás haber intuido, es comestible. Tanto las hojas como los tallos florales se pueden comer en ensaladas por ejemplo, o como yo lo hacía de niña: recién cogidos. Están, de verdad, muy buenos 😉 . Eso sí, coge solo aquellos que sepas seguro que no han sido rociados con productos químicos, por tu propia seguridad.
Espero que te haya gustado este artículo.