Plantas xerófilas

Hojas muy gruesas que en algunos casos tienden a enrollarse, tallos gruesos y un puñado de contornos particulares hacen de estas plantas las reinas del desierto.

Hablamos de las plantas xerófilas que son conocidas también como plantas del desierto debido a que ese es su hábitat natural. Son plantas que se desarrollan en condiciones adversas , con climas áridos y secos que obligan a una adaptación personal. Así es como se han adaptado al ambiente para sobrevivir.

El poder de la adaptación

Plantas xerófilas

Las plantas xerófilas son plantas “especializadas”, es decir plantas que a lo largo de su evolución han desarrollado mecanismos de adaptación para así soportar las condiciones adversas en las que viven como la aridez típica de los desiertos, hábitats con gran salinidad o sequías intensas.

Así es como a lo largo del tiempo y a medida en que evolucionó la especie se han vuelto resistente a partir de ciertos cambios. Lo curioso es que pueden pertenecer a diferentes especies pues el único rasgo que comparten es, precisamente, esta capacidad de adaptación. Es por eso que resuelven los inconvenientes del ambiente que los rodea desarrollando variadas “estrategias”.

Mecanismos de adaptación

Plantas xerófilas

Algunas adaptaciones de las plantas xerófilas son fisiológicas , como es el caso de las plantas suculentas , que han conseguido reducir la transpiración a través de la cutícula o bien cierran los estomas cuando el calor es excesivo para así evitar las pérdidas masivas de agua y acelerar la fotosíntesis al reducir el intercambio de gases.

En otros casos, como los armuelles, se eleva la presión osmótica de los líquidos celulares para que entonces la planta absorba más agua a través de las raíces.

En otros casos, las adaptaciones son morfológicas y aquí es donde el fenómeno es más observable pues se puede apreciar a simple vista al estudiar una planta. Por eso muchas plantas xerófilas tienen una morfología característica ya sea en la planta entera o bien en alguna de sus partes. Es común que tengan densas ramillas, hojas o espinas para así soportar la extrema exposición solar. De esta forma, generan un hábitat más fresco y húmedo en el centro de la planta. Otra morfología típica son las plantas de a specto esférico o de almohadilla que logra los mismos resultados.

Para enfrentar el calor y evitar la deshidratación, algunos ejemplare tienen tallos leñosos y hojas muy gruesas . En casos menos frecuentes como sucede con la Rosa de Jericó se forman una suerte de “bolas” enmarañadas que parece que están muertas pero se abren y liberan semillas que germinan cuando llueve.


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