
En regiones como la del mediterráneo encontramos plantas como la que se conoce con el nombre científico Asparagus densiflorus . A simple vista parece una especie común, con un valor ornamental que no es muy distinto al que puede tener cualquier otro vegetal, pero cuando te detienes a observarlo y luego dedicas un ratito a conocerla… te das cuenta de que tienes el lugar perfecto para él en tu hogar 😉 .
Si has llegado a esa conclusión, hazte con un ejemplar y sigue los consejos que te vamos a ofrecer ahora para que sepas cómo cuidarlo bien desde el primer día.
Origen y características
El Asparagus densiflorus , conocida como esparraguera africana, es una planta nativa de Sudáfrica que produce tallos leñosos, cilíndricos, armados con espinas y con gran cantidad de hojas . Las flores se agrupan en inflorescencias de racimo, y son de un color blanco muy bonito.
Crece hasta alcanzar una altura máxima de 40-45cm, motivo por el cual se puede cultivar sin problemas en macetas durante toda su vida. Eso sí, hay que mantenerlo alejado de los animales domésticos pues es tóxico para ellos.
¿Cuáles son sus cuidados?

Si finalmente decides hacerte con uno, te recomendamos cuidarlo de la siguiente forma:
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Ubicación
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- Exterior: a pleno sol o en sombra parcial.
- Interior: en una habitación luminosa.
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Tierra
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- Maceta: sustrato de cultivo universal, o si lo prefieres mezcla turba negra con perlita y humus de lombriz a partes iguales.
- Jardín: crece en suelos fértiles y bien drenados.
- Riego : riégalo unas 2 o 3 veces por semana en verano, y cada 4-5 días el resto del año.
- Abonado : en primavera y verano. Como no es comestible, puedes abonarlo con abonos químicos como el universal o el de hojas verdes que venden ya listos para su aplicación en los viveros. Si prefieres abonos orgánicos, usa mejor el guano .
- Rusticidad : sensible al frío y a las heladas.
Que disfrutes de tu Asparagus densiflorus 🙂 .