Hoy vamos a hablar de un árbol cuyo fruto es muy conocido y comercializado. Se trata del algarrobo . Su nombre científico es Ceratonia siliqua y es un árbol de hoja perenne. De las algarrobas se extrae un derivado del chocolate llamado carob y es utilizado para hacer dulces y chocolates para las personas diabéticas.
¿Quieres conocer cómo se cultiva la algarroba y qué propiedades tiene?
El algarrobo
El algarrobo es un árbol típico de la zona mediterránea que es capaz de alcanzar alturas de hasta 10 metros. Las hojas del algarrobo se emplean como alimento del ganado desde hace mucho tiempo. De este árbol se puede decir que se aprovecha todo, puesto que su madera también es utilizada para hacer mobiliarios de artesanía y como leña para el fuego.
La zona con clima mediterráneo en España es donde más está presente este tipo de árbol. El segundo productor es Portugal, aunque Grecia y Marruecos también producen a gran escala.
Puesto que es un árbol que vive en zonas mediterráneas requiere de climas suaves más típicos de la costa. Su área de distribución más potencial se encuentra en zonas cercanas al mar con latitud de unos 500 metros de altura . Se asemeja en cultivo al naranjo y al almendro.
Dado que necesita temperaturas más suaves no resisten bien las heladas con temperaturas inferiores a los 2 grados. Eso sí, el algarrobo está preparado para aguantar la helada si las temperaturas van bajando gradualmente. Por el contrario, si descienden de una forma brusca, serán más perjudicados. Por otro lado, el algarrobo es afectado con temperaturas superiores a los 45 grados en verano.
Requisitos
Este árbol crece en terrenos áridos y calcáreos que suelen tener consistencia media o incluso sueltos, aunque no tiene problemas para crecer en otro tipo de suelo. Lo importante es que a la hora de regarlo, el suelo debe tener un buen drenaje para evitar posibles encharcamientos que lo debiliten y acabe pudriendo. Cuando esto ocurre, el algarrobo es muy propenso a coger hongos y pudrirse de raíz.
Si queremos comenzar a plantar el algarrobo, es importante conocer las características físico-químicas del suelo para conocer con más exactitud si podrá desarrollarse bien. Es importante también limpiar los restos de cultivo que haya de otra anterior cosecha.
Para preparar el suelo correctamente se debe arar el subsuelo profundamente en una dirección. Al cabo de 1-2 meses, se realiza otro arado profundo cruzando el primero . Una vez terminado el arado se hace un abonado con materia orgánica que esté bien fermentada y que tenga fósforo para que facilite el desarrollo de las raíces inicialmente.
Para que las heladas del invierno no afecten demasiado, lo ideal es comenzar los arados en otoño, para que se plante el algarrobo a finales de invierno.
Plantación
Una vez llegan las temperaturas más suaves del final del invierno, comenzaremos a plantar el algarrobo. Puesto que el árbol alcanza un gran tamaño, en la antigüedad se plantaba en marcos muy amplios hasta los 20×20 metros. Actualmente, para un mejor aprovechamiento del territorio se tiende a reducir los marcos de siembra del algarrobo para que los árboles sean más rentables y pequeños.
Se recomienda que haya una densidad de entre 80 y 100 árboles por hectárea de terreno y con marcos de entre 8×8 y 10×10 metros. Se siembra al final del invierno para evitar las heladas y se hacen agujeros desde 30×50 hasta 60x80cm para regarlos después de plantarlos.
Durante los primeros años tras ser sembrado se recomienda que se rieguen unas cinco o seis veces. No hay que regar con abundante agua, ya que estos árboles son muy resistentes a la sequía. Pueden dar frutos perfectamente con precipitaciones anuales de 220mm. También hay que decir que es importante que llueva para que el proceso de fructificación sea correcto. Se estima que la cantidad de precipitación necesaria para su correcto desarrollo es de 350mm al año.
En cuanto al crecimiento del algarrobo se puede decir que es bastante lento, aunque depende de la zona donde esté. Si se encuentra en zonas donde predominan las temperaturas más bajas, el algarrobo hace un reposo invernal para ahorrar energía en sobrevivir.
Las fases de crecimiento pueden ser de dos a tres anuales, en primavera y en otoño. Empieza a dar frutos dependiendo de si son árboles injertados (a partir de los 5-6 años) o son de semilla sin injertar (a partir de los 7-8 años). Por lo que la producción más buena comienza a darse a partir de los 10 años.
Un mantenimiento que hay que hacerle casi de manera obligatoria es el apuntamiento de las ramas. Las ramas suelen crecer y alargarse de modo horizontal. Por ello, es muy posible que cuando crezcan los frutos el propio peso de las algarrobas hagan romper las ramas.
Cultivo y mantenimiento
Para cultivar el algarrobo hay que tener varias cosas en cuenta como es el arado, el abono y la poda.
Arados
En una plantación normal de algarrobo se suelen hacer dos arados al año de manera superficial. Lo más óptimo es realizar tres arados, si se es posible, con cavas al pie de los árboles. Uno de los arados se hace en otoño, después de la recolección de la cosecha, el segundo en abril y si hay un tercero se hará al comenzar la madurez del fruto, en agosto.
Abono
Para cualquier persona de “la vieja escuela” el algarrobo no necesita de ningún abono. Sin embargo, si queremos aumentar su producción y de mayor tamaño y calidad, la fertilización es necesaria . Es recomendable abonar una vez antes de plantar el árbol y seguir abonándolo cada tres años. El abonado debe hacerse cuando se realice el arado de otoño. El abono más ideal para el algarrobo es materia orgánica con fósforo.
Poda
Los primeros años de crecimiento no requieren ningún tipo de poda. A los 5 años se recomienda hacer una primera poda para eliminar malos tallos. Este árbol no necesita poda en sí, pero es importante hacerlo para darle una forma adecuada a los árboles y mantenerlos para que sean más longevos.
Para realizar la poda debes tener en cuenta que este árbol siempre dará el fruto en el mismo sitio y que es muy sensible a los ataques de parásitos e insectos de madera, por lo que se tiene que evitar cortes muy gruesos y numerosos.
Para realizar el corte es importante buscar un equilibrio entre lo que es más beneficioso para la planta y lo que es para su producción. Si la poda se hace bien, se conseguirá que el árbol produzca más, esté más sano y aumente la calidad y el tamaño de las algarrobas.
La mejor época para podar es a principios de otoño, inmediatamente después de la recolección de la cosecha. Como las flores salen en las nudosidades de las ramas, no es necesaria una poda de fructificación como en otros árboles. Basta con una poda para limpiar cada 2 años y una más intensa cada 5 o 7 años para corregir los desequilibrios de la copa.
Ya conocéis un poco más acerca del árbol de las algarrobas.