La planta Kalanchoe, de origen africano, tiene muchas propiedades medicinales como su función antiinflamatoria y para prevenir los cálculos renales. Sin embargo, se debe tener precaución con la dosis debido a que su consumo prolongado podría resultar tóxico. Existen muchos tipos de kalanchoe que analizaremos a continuación.
Planta Kalanchoe: propiedades y riesgos de consumo
De acuerdo con Mario Aguilar, herbolario, su reproducción es por hijuelos. Es decir, que está formada por hojas grandes y en el borde de estas tiene hojas pequeñas, que, al caerse, rápidamente hacen raíz. Por ello se caracteriza también por ser muy invasiva. Es resistente al verano, ya que resiste al sol, sombra, exterior o interior; también es fuerte ante las plagas y enfermedades. Sin embargo, durante el invierno es importante resguardarla.
Tipos de kalanchoe medicinal
Existe gran cantidad de plantas Kalanchoe, sin embargo, son tres las más importantes en cuanto a su aporte medicinal. Además, han sido las más estudiadas en los últimos años.
- Kalanchoe pinnata: conocida también como “planta de Goethe”, por el botánico alemán que la estudió. También es llamada “hoja de aire”, “siempre viva” o “yerba de bruja”.
- Kalanchoe daigremontiana: es una de las más conocidas ya que se relaciona con poder combatir el cáncer. Es llamada “aranto”, “madre de miles” o “kalanchoe mexicana”. Se caracteriza por tener manchas oscuras en las hojas.
- Kalanchoe gastonis-bonnieri: tiene las hojas más grandes en comparación con las anteriores y es conocida popularmente como “Oreja de burro”.
Propiedades
Estuardo Mendoza, naturista, indica que la Kalanchoe ha sido utilizada por la medicina tradicional para tratar infecciones, inflamaciones, quemaduras o enfermedades reumáticas. Es importante tomar en cuenta la dosis, debido a que, si se consume de más, podría presentar intoxicación.
Esta planta está compuesta por flavonoides y bufadienólidos. Los primeros son pigmentos vegetales que están presentes en frutas y verduras, tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes por lo que reducen el envejecimiento prematuro del organismo y reducen la inflamación que ocurre después de una infección.
Los bufadienólidos son compuestos químicos de tipo esteroide que fueron estudiados y sacados por primera vez de los sapos. Estos, en estudios de laboratorio, han presentado tener efectos favorables para evitar tumores. Sin embargo, los ensayos que se han realizado son muy pocos.
Su relación contra el cáncer
La Kalanchoe daigremontiana ha tenido fama en los últimos años porque se le atribuye la cualidad de combatir el cáncer. Sin embargo, los expertos coinciden en que no hay estudios científicos que demuestren si esta hipotesis es verdadera.
Armando Cáceres, químico biólogo, explica que a la Kalanchoe se le atribuyó el poder curativo del cáncer hace 10 años aproximadamente. Sin embargo, es muy poco tiempo para determinar si realmente tiene esa cualidad. Además, no hay ensayos clínicos que lo afirmen.
“La planta está formada por moléculas llamadas Bufadienólidos. A algunas de estas se les atribuye una actividad quimioterapéutica, sobre todo en cáncer de ovario y de próstata, pero con la técnica in vitro. Fue descubierta y practicada en sapos y ratones. Entonces, podemos decir que solo hay evidencia con la modalidad in vitro y muy poca evidencia desde ensayos clínicos. Por eso no podemos afirmar que sí funciona para curar el cáncer”, explica el especialista.
¿Su consumo presenta algún riesgo?
Cáceres también explica que algunas moléculas Bufadienólidos presentan problemas de toxicidad, por eso hay poca difusión en el uso popular de la planta hacia el uso científico. Al parecer, algunas moléculas, cuando su consumo es prolongado, podrían representar efectos en el sistema cardiovascular.
Cuando la planta es utilizada por sus propiedades medicinales que ya han sido comprobadas científicamente, como su función antiinflamatoria, se podría consumir aproximadamente 350 ml por día. Sin embargo, lo recomendable es que se consulte con un naturista o con un médico la dosis adecuada, sobre todo si se ingieren medicamentos o se sufre otra enfermedad.
“No es recomendable que la consuman mujeres embarazadas, hipertensos, personas de la tercera edad o niños. Lo ideal es siempre consultar con un especialista, porque este nos dirá la dosis exacta y si se puede consumir. Lo aconsejable es iniciar en dosis pequeñas”, propone Mendoza.