Verbena bonariensis: un soplo de campo en plena ciudad

Esta vivaz de largos tallos y pequeñas flores lilas, nativa de las praderas de América del Sur, es la gran protagonista de la terraza de un despacho de abogados en Madrid, un amplio espacio ajardinado al aire libre para reunirse o tomar un respiro. La imagen silvestre de la Verbena bonariensis calma y relaja.

La Verbena bonariensis aporta frescura y aire silvestre a esta terraza de Madrid creada por el paisajista Juan Casla. Foto: Juan Casla Paisajismo

En el ático de un edificio de la calle Velázquez de Madrid los pequeños corimbos lilas de la Verbena bonariensis en lo alto de finísimos tallos imbuyen de una inesperada sensación silvestre un entorno de trabajo: las oficinas de una multinacional de la abogacía. “Es una planta vivaz que utilizo bastante para dar un aire campestre”, dice el arquitecto paisajista Juan Casla, autor del proyecto de ajardinamiento de este ático de 1.700 metros cuadrados. “Crece rápidamente a partir de mediados de marzo y da una floración en alto que me encanta”.

La Verbena bonariensis es una vivaz tan atractiva y fiable como fácil de cultivar y mantener.

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La Verbena bonariensis es una vivaz tan atractiva y fiable como fácil de cultivar y mantener.

“Hoy en día, los lugares de trabajo deberían convertirse en entornos inspiradores y creativos, que inviten a la colaboración y el intercambio de ideas”, afirma. Creado en 2018, este gran espacio verde al aire libre se ha revelado esencial en tiempos de pandemia. Cuenta con una zona de cafetería y comedor, cinco áreas para descanso y reuniones en la terraza más dos elevadas que conectan visualmente con el entorno, otra para la celebración de eventos, y pista de pádel. Además, cuatro pérgolas se reparten alrededor de la terraza para dar sombra en verano y elevar la temperatura en invierno mediante calentadores. La iluminación asegura un ambiente agradable también por la noche.

Verbena, árboles y tapizantes

En este refugio verde, los tonos lilas de las flores de la Verbena bonariensis armonizan con el lavanda de las espigas de la Lavandula angustifolia. Las matas bajas de Pittosporum tobira ‘Nana’ aportan un fondo fresco de follaje verde, el Thymus serpyllum ‘Creeping Red’, un tapiz de flores rosadas de apenas 15 centímetros de altura, y las cabezuelas de la Echinacea purpurea, notas de color vivo. Con su silueta de fuente y sus espigas de tono rosa ahumado, la gramínea ornamental Pennisetum orientale ‘Karley Rose’ contribuye a acentuar el aire silvestre de la plantación.

Para dar verticalidad al jardín Juan Casla plantó árboles de forma dispersa en las jardineras, en su mayoría cerezos Prunus sargentii ‘Charles Sargent’, de floración rosada en primavera y fogosa otoñada. Matas de Phyllostachys aurea y Photinia x fraseri ‘Red Robin’ se alinean contra el peto de la terraza.

Fiable y (muy) agradecida

Esta vivaz de finos y ramificados tallos de 1,5 m de altura —50-60 cm en el cultivar ‘Lollipop’, ideal para tiestos—, hojas lanceoladas estrechas y corimbos de florecillas lilas llenas de néctar (que adoran las mariposas), cuenta con el Award of Garden Merit de la Royal Horticultural Society por sus buenas cualidades jardineras. Es tan atractiva y fiable como fácil de cultivar y mantener.

• Situación:

Necesita pleno sol para crecer rápidamente y florecer en abundancia.

• Rusticidad:

Puede resistir temperaturas de hasta -12º (zonas 8-11) y tolera el calor y un cierto grado de sequía una vez establecida (2,5 de 6 en el código de Olivier Filippi). En los climas más suaves puede conservar el follaje.

• Sustrato:

Vive bien en cualquier suelo, incluso calizo, húmedo o pobre, siempre que sea ligero, bastante profundo y sobre todo bien drenado. Una capa de mulching abrigará sus raíces en invierno y ayudará a conservar la humedad en el verano.

• Riego:

Ha de ser moderado. Prefiere disfrutar de un grado medio de humedad.

• Abono:

Orgánico después de la poda si se cultiva en tiesto. En el jardín no es necesario.

• Plagas y enfermedades:

Es una planta que suele gozar de muy buena salud.

• Poda:

Como todas las vivaces que pierden la parte aérea, la Verbena bonariensis se poda al ras al final del invierno. “Si crece demasiado recomiendo darle un corte a media altura en julio”, indica Casla; “a partir de ahí rebrotará y reflorecerá hasta finales de octubre”.


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