Thunbergia grandiflora: flores del color del cielo
Esta bella trepadora de grandes flores azul claro es habitual en los jardines del sur de España, las costas e islas, donde vive feliz gracias a la suavidad de las temperaturas y florece prácticamente todo el año. En otros climas se puede disfrutar de sus flores hasta que llegue el frío y llevarla a cubierto hasta la siguiente primavera.
Las flores de esta trepadora destacan por su tamaño y su delicada tonalidad azul o violeta pálidos. También existe una variedad blanca. Foto: ShutterstockComo nativa del norte del India y Birmania, la Thunbergia grandiflora no resiste las heladas (hasta -1º, zonas 10-11). En otros climas se puede tratar como anual, como se hace con la mandevilla o dipladenia y la buganvilla , y disfrutar de sus flores desde junio hasta la llegada del frío. También se puede cultivar en tiesto, lo que facilita su traslado a un sitio protegido. Es, junto con la Akebia quinata, una de las trepadoras de moda.
Las flores de la Thunbergia grandiflora suelen tener unos 7-8 cm y lucir un tono azul o violeta muy suave, o blanco. Pueden ser solitarias o colgar en racimos.
Las flores de la Thunbergia grandiflora suelen tener unos 7-8 cm y lucir un tono azul o violeta muy suave, o blanco. Pueden ser solitarias o colgar en racimos.
Las flores de la Thunbergia grandiflora suelen tener unos 7-8 cm y lucir un tono azul o violeta muy suave, o blanco. Pueden ser solitarias o colgar en racimos.
Las flores de la Thunbergia grandiflora suelen tener unos 7-8 cm, son tubulares y de un tono azul o violeta muy suave, o blancas, con la garganta amarilla y blanca. Pueden ser solitarias o colgar en racimos. El fondo verde oscuro del follaje les brinda un atractivo contraste. Las hojas son perennes, grandes y alargadas o en forma de corazón.
Esta trepadora de tallos leñosos puede desarrollar entre cuatro y 10 metros de altura; cuando se trata como anual, en una sola temporada puede alcanzar unos 2-2,5 metros.
Arraiga sin dificultad, crece con rapidez y se considera de bajo mantenimiento. Necesita un lugar al sol, aunque en las regiones de fuerte insolación agradece una sombra protectora por la tarde. Su suelo ideal es orgánicamente rico, fértil, bien drenado y moderadamente húmedo.
Precisa un enrejado, pérgola o algún otro tipo de estructura donde sujetarse; al comienzo debe ser guiada. No requiere poda regular, pero eventualmente puede hacer falta recortarla para contenerla.
Aunque no suele padecer plagas y hongos, conviene vigilar la presencia de la araña roja, la cochinilla cerosa y la mosca blanca.