Hojas rojas y doradas: la gran fiesta del otoño (1ª parte)
Escarlatas, rojas, doradas, amarillas... las hojas de las caducifolias llenan de fogosos colores los parques durante el otoño. Desde los arces al ginkgo biloba, la parra virgen o el ciprés de los pantanos, son innumerables las especies que lucen sus mejores galas antes de perder las hojas. Este aspecto de la belleza de árboles y arbustos debe tenerse en cuenta en la planificación de un jardín: se trata de que sea atractivo en todas las estaciones del año.
Los arces ofrecen espectaculares contrastes de color en pleno otoño. Los arces japoneses resultan muy bellos en un arborétum, pero también en pequeños jardines y tiestos.En los bosques y parques, los amarillos pálidos y dorados, los rojos, bermellones y anaranjados y la más extraordinaria gama de ocres y marrones ganan en otoño las copas de los árboles y arbustos caducifolios, un bello espectáculo que también se puede conseguir en casa, en el jardín o la terraza.
Hayas
robles
tilos
Abedules
castaño
s
nogales
Ginkgo biloba,
Liquidambar styraciflua,
(ver ficha ) y chopos se llenan de tonos amarillos en esta época, y de marrones dorados, las copas de y . Pero este es también el momento más espléndido del cuyas hojas en forma de abanico adquieren un intenso amarillo (ver ficha ). Sin embargo, el árbol más espectacular del otoño quizás sea el especie de gran tamaño que proporciona una verdadera explosión de rojos y anaranjados (ver ficha ).
Coníferas de hoja caduca
alerce
Metasequoia glyptostroboides,
ciprés de los pantanos
Entre las raras coníferas de hoja caduca, todas de gran porte, destacan por su espectacular otoño el (Larix decidua), cuyas acículas viran al amarillo dorado, la cuyas hojas se vuelven doradas, y el (Taxodium distichum), que alcanza tonalidades de fuego (ver ficha ).
La familia de los arces
arce.
Pero si existe un árbol cuya belleza se asocia sobre todo al otoño, ese es el Entre las especies más espectaculares se cuentan el Acer monspessulanum, cuyas hojas se llenan de pecas rojas sobre amarillo; el Acer rubrum o arce de Canadá, cuyas hojas pasan del amarillo a un rojo vibrante, y el Acer campestre, de crecimiento rápido, que se pone amarillo en otoño.
Sin embargo, por su tamaño menor y su singular estampa oriental, los arces más cotizados hoy en día son los cultivares de Acer palmatum o arce japonés. Existen incluso variedades enanas muy apropiadas para cultivar en maceta ( ver ).
serbal de los cazadores
árbol de Júpiter
De porte pequeño y, por tanto, adecuados para jardines no muy grandes, son el o Sorbus aucuparia, que además del color de sus hojas en otoño ofrece el rojo intenso de sus bayas (ver ficha ), y el o Lagerstroemia indica, que se convierte en toda una llamarada para luego dejar al desnudo su bella corteza.
Arbustos llenos de color
Cotinus coggygria ‘Royal Purple’; Cotoneaster horizontalis,
Euonymus alatus,
zumaque de Virginia
Aronia arbutifolia,
Fothergilla major,
arándano
grosellero
Disanthus cercidifolius,
callicarpa
amelanchier.
También son numerosos los arbustos caducifolios que ofrecen espléndidos colores otoñales: cuyas bayas rojas conviven con las hojas verdes y luego escarlatas (ver Bayas de otoño ); al que los anglosajones llaman burning bush, arbusto ardiente; el o Rhus typhina, de grandes hojas compuestas; de bayas rojas y excepcional coloración de las hojas en otoño; de atractivas flores en primavera y follaje que vira a un rojo anaranjado; o mirtillo arbustivo o Vaccinium corymbosum; Ribes odoratum, de hojas lobuladas que se tornan rojas y púrpura; de hojas verde azuladas en forma de corazón, que se vuelven naranja, carmesí y púrpura, y los arbustos de los géneros y
Todas estas especies se pueden plantar aisladas para crear puntos focales de gran impacto visual, o en grupos con otras plantas de requerimientos similares, buscando siempre el efecto masa de color o el contraste.
Trepadoras y vivaces
parra virgen,
Entre las trepadoras, la reina del otoño es sin duda la que cubre de rojo los muros; existen dos especies: la Parthenocissus tricuspidata, más ordenada y tupida, que se mantiene pegada a la pared, y Parthenocissus quinquefolia, con grandes hojas de cinco lóbulos, que necesita un soporte para trepar y es más desgarbada. Ambas producen racimos de bayas de color negro azulado.
Las hojas en el suelo es el precio a pagar por el esplendor del otoño. Crean bellas alfombras de color, pero es necesario retirarlas de los paseos para evitar resbalones, y del césped, que se estropea si está cubierto. En los macizos de vivaces y plantas de temporada sirven para enriquecer la tierra, ya que permiten el desarrollo de microorganismos que mejoran el sustrato, a la vez que actúan como mulching impidiendo que se hiele el terreno.