Helechos: todo un mundo para descubrir

Estas plantas sin flores ni frutos aparecieron hace 300 millones de años sobre la faz de la Tierra. Casi siempre perennes, de tamaños y formas muy diversas, su color cautiva con matices que van desde un verde fresco y brillante a un oscuro azulado.

El Asplenium nidum es un bello helecho de grandes hojas; de origen epífito, solo puede soportar una luz muy tamizada. Abajo, el envés del fronde de un helecho, en la que se ven los soros, conjuntos de esporangios.

De los restos fósiles se deduce que los helechos surgieron en la era Primaria, durante el Devónico superior, aunque fue el período Carbonífero cuando las condiciones climáticas (emanación de aguas calientes que dieron lugar a lluvias intensas, humedad alta, ambiente templado y zonas pantanosas) favorecieron el masivo desarrollo de estas especies vegetales tan diversas en sus formas, hábitats, modos de reproducirse y tamaños.

Hay helechos de tan solo unos milímetros y otros tan grandes como árboles, capaces de alcanzar entre 10 y 25 metros. La mayoría de los helechos que predominaban en el período Carbonífero se extinguieron, pero algunos de los que sobrevivieron dieron lugar evolutivamente a los que se conocen en la actualidad.

Algunos helechos se pueden cultivar al aire libre en las zonas más umbrías de los jardines de sombra. Si se cultivan en el interior, necesitarán humedad alta y una temperatura constante que no baje de 14º.
Geográficamente los helechos son más abundantes en las regiones ecuatoriales y tropicales húmedas, pero también hay especies en las zonas más frías del planeta e incluso en áreas desérticas.

Cómo son los helechos

Los helechos son unas de las plantas de follaje verde más populares, tanto en cultivos de interior como de exterior. Los helechos son plantas criptógamas (pteridofitas), es decir, que no producen fores ni frutos; y cuentan con miles de especies agrupadas en seis familias principales, la mayoría de ellas sorprendentes por la belleza de sus hojas, llamadas frondes. Su forma, tamaño y color —que va desde un verde claro hasta oscuro o azulado— varían de forma extraordinaria entre unos helechos y otros.

El tallo, llamado rizoma, suele ser subterráneo, excepto en los helechos arborescentes, en los que es aéreo. Es un almacén de alimento del que surgen los frondes (las hojas), en general en disposición radial en torno a un punto central. Muchos helechos son perennes, pero otros pierden las frondes cuando han terminado su temporada de desarrollo; sin embargo, sus rizomas y raíces siguen vivas bajo tierra hasta que llega una estación propicia.

Se reproducen por esporas, que se generan en los esporangios, reunidos a su vez en los soros, pequeños puntos de color marrón o negro que aparecen en el envés.

Helechos para cultivar al aire libre

En las zonas de origen, los helechos se pueden cultivar en los jardines y terrazas. En España, solamente algunos y siempre y cuando se les proporcione una protección o unas condiciones de cultivo apropiadas. Este tipo de helechos suelen proceder de zonas de climas templados o fríos. Se trata de especies muy interesantes, ideales para los llamados jardines de sombra. Resultan adecuados para las zonas umbrosas de los jardines y para tapizar el suelo a la sombra de arbustos y árboles que tamizan la luz en verano.

Si las condiciones climáticas son muy adversas o se salen completamente del rango que requieren estos ejemplares, se pueden cultivar en contenedores y llevarlos a zonas más protegidas en invierno. Algunas especies para exteriores son:

• Pteris cretica, Pteris serrulata y Pteris ensiformis:

Estas tres especies son las más difundidas hoy en los jardines. Forman parte de la flora espontánea de las zonas mediterráneas; gustan de los lugares iluminados, aunque fuera de los rayos directos del sol, y de la humedad ambiental. Si se cultivan en interiores, en invierno deberán trasladarse a la zona más fresca de la casa. Tienen frondes muy decorativos, en algunas variedades incluso con líneas plateadas. Se adaptan con más facilidad y toleran mejor la sequedad ambiental siempre que el sustrato esté húmedo.

Nephrolepis exaltata:

Es el helecho rizado, uno de los más populares en las casas y los centros de jardinería, con docenas de cultivares muy frondosos, con hojas erectas muy divididas y de un color verde tierno. Tolera bastante bien la sequía ambiental. Crece muy rápidamente y se puede utilizar en exteriores tanto en cestos colgantes como plantado en zonas resguardadas orientadas al norte y protegido por árboles. Precisa pulverizaciones frecuentes con agua. La enfermedad más común es la botrytis que provoca la pudrición de los frondes, provocada por el encharcamiento del cogollo.

Dicksonia antarctica:

También llamado helecho arborescente, puede alcanzar hasta 20 metros de altura. Es una especie muy primitiva, con un tallo similar al de las palmeras. Crece muy lentamente y se puede plantar en un contenedor, lo que permite trasladarlo a zonas más protegidas, o directamente en el jardín (lo ideal), en un lugar donde no le llegue la luz directa del sol y con humedad elevada. Tolera las heladas siempre que no sean continuadas; en cambio no resiste los vientos secos. Los ejemplares jóvenes se deben proteger del frío. No soporta el exceso de calor, y precisa aire fresco y pulverizaciones con agua desde el tronco a las hojas.

Los helechos para cultivar dentro de casa

En los trópicos viven al aire libre, de modo que para su cultivo en interiores habrá que proporcionarles un ambiente parecido: una temperatura que no baje de 14º, humedad elevada y un emplazamiento fuera de los rayos directos del sol, donde reciba luz tamizada. No toleran el exceso de sequedad que produce la calefacción. Algunos de los más bellos son:

Asplenium nidus

: Llamado helecho nido de ave, tiene frondes simples, muy anchos, que nacen desde un punto central. Son estrechos en la base y lucen un color verde brillante y nervios de color negro muy pronunciados. Requiere una atmósfera húmeda, aunque es más tolerante a la sequedad ambiental que otros. No debe recibir la luz directa del sol. Debe regarse por abajo, colocando la maceta encima de un plato con agua hasta que la absorba. Es susceptible a las plagas de ácaros y cochinillas.

• Asplenium scolopendrium o Phyllintis scolopendrium:

Vulgarmente conocido como lengua de ciervo, sus frondes son simples, sin divisiones y alcanzan un tamaño hasta de 25 centímetros. Se desarrolla en oquedades de naturaleza caliza con mucha humedad ambiental. Se puede cultivar en exteriores en zonas muy lluviosas y en áreas climáticas donde la temperatura no baje de 12º en invierno.

Platycerium bifurcatum

y

Platycerium superbum:

Son helechos epífitos (crecen sobre troncos de árboles). El Platycerium bifurcatum, también llamado cuerno de alce por sus enormes frondes anchos que acaban en largas puntas, tolera bastante la sequedad ambiental gracias a la pelusilla gris que los recubre. No conviene pulverizar las hojas con agua ni limpiarlas. Se riega mejor por inmersión en un cubo lleno de agua. Si se cultiva sobre trozos de corteza conviene envolver las raíces con musgo para conservar la humedad. Necesita bastante calor (más de 15º) y le gusta recibir el sol de la mañana. Las cochinillas son su plaga más notable.

El Platycerium superbum, por su parte, presenta frondes mucho más lobulados, de color verde con visos plateados. Este magnífico helecho australiano se llama también cuerno de ciervo. Crece lentamente y sus exigencias de cultivo son similares al anterior.

• Adiantum capillus-veneris:

Conocido popularmente como culantrillo crece rápidamente y tiene un aspecto muy ligero y fresco, con unos frondes de forma más o menos triangular y raquis muy oscuros y quebradizos. Es uno de los helechos más complicados de cultivar dada su exigencia de una elevada humedad ambiental, tan difícil de conseguir en invierno a causa de la calefacción. No le gustan las corrientes de aire y se debe mantener el sustrato húmedo, pero sin que se encharque. No tolera temperaturas por debajo de los 14º. Es preciso abonarlo cada 15 días en primavera. Suelen atacarlo las cochinillas y ciertos hongos. Lo más adecuado es regarlo por inmersión.

Cómo se multiplican los helechos

• Por esporas:

Se recogen esporas maduras y se colocan en bandejas con un buen sustrato, cubiertas con un plástico transparente. Deben mantenerse a 22º y con un nivel elevado de humedad.

• Por estolones:

Es usual en géneros como Nephrolepis. Se aprovechan las pequeñas plantas que suelen surgir a lo largo de un rizoma, se cortan dejando a cada lado un trocito de rizoma, y se plantan.

• Por división de mata:

Da buenos resultados en los géneros Adiantum y Nephrolepis.

Plagas y enfermedades

Las plagas más frecuentes que sufren los helechos provienen del ataque de cochinillas, ácaros, pulgones y nemátodos. Las enfermedades producidas por los hongos son usuales dadas las condiciones de alta humedad y temperatura cálida en que se desarrollan. La acumulación de agua en la base de los frondes incrementa el riesgo de que los ataquen la botrytis y el pytium que causan podredumbre.


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