Flores para la quinta estación
Entre las últimas semanas de septiembre y las primeras de noviembre, el jardín vive bajo la luz dorada del otoño la exuberancia floral de una suerte de segunda primavera. Las flores y el follaje de las vivaces y subarbustos mezclan sus colores arropadas por las luminosas gramíneas secas, componiendo imágenes de gran belleza. Es lo que se ha dado en llamar quinta estación. Te mostramos las grandes estrellas de esta espléndida floración con la que se despide el año.
Muchos helenios producen radiantes flores anaranjadas a lo largo de todo el otoño. Foto: iStockHelenios
El Helenium autumnale e s una especie nativa de las praderas norteamericanas que produce una copiosa floración en forma de margaritas amarillas o rojo anaranjado con el botón central marrón. En Dream Plants for the Natural Garden, Piet Oudolf y Henk Gerritsen mencionan ‘Rubinzwerg’* y ‘Kupferzwerg’, de matas compactas que se cubren de una abundante floración rojo oscuro en el primero y más anaranjado en el segundo; ‘Zimbelstern’, de flores amarillas moteadas, y ‘Flammendes Kathchen’, de flores anaranjadas y tallos especialmente altos. Los cultivares ‘Moerheim Beauty’* y ‘Waltraud’*, de radiantes flores anaranjadas, florecen principalmente en verano.
Ásteres
Estrellas indiscutibles de los jardines de otoño, los ásteres producen explosiones de color en forma de masas de pequeñas margaritas rosadas, magentas, fucsias, moradas, lilas, violetas... Existen innumerables especies y cultivares, entre ellos los clásicos Aster nova-angliae (‘Andenken an Alma Pötschke’, de flores carmín; ‘Harrington’s Pink’*, rosa claro), Aster novi-belgi i e híbridos como Aster cordifolius ‘Little Carlow’*, de florecillas azul claro, y Aster x frikartii ‘Mönch’*, de follaje oscuro y flores magenta. Lee Ásteres: estrellas del jardín de otoño.
Sédums
Sus inflorescencias en forma de cimas rosadas empiezan a aparecer en el verano y permanecen en las plantas todo el otoño luciendo atractivos matices. Forman matas redondeadas de tallos y hojas carnosas de color verde azulado, de unos 60 centímetros de altura. Uno de los más populares por su facilidad de cultivo es el Hylotelephium spectabile ‘Herbstfreude’* o ‘Autumn Joy’, cuyas flores adquieren un tono caldero al envejecer. El Sedum telephium ‘Matrona’ luce tallos burdeos y flores rosa pálido. Consulta Sédums: mucha belleza, pocos cuidados.
Dalias
Una planta típica de los jardines de otoño que también se ha hecho un lugar en los jardines de estilo naturalista, eso sí, en forma de cultivares de flores pequeñas y simples o de aspecto salvaje y espontáneo. Por ejemplo, ‘Mexican Black’, de pequeñas flores rojo vino, o ‘Gryson’s Yellow Spider’*, de desflecadas corolas amarillas. En el célebre Jardin Plume, en Normandía, una de las dalias que brilla con luz propia en las plantaciones de otoño es la ‘David Howard’*, de floración tardía, que emite flores dobles de 10 centímetros de diámetro, de color bronce anaranjado, entre un follaje con tonalidades bronce.
Anémonas japonesas
Como anémonas japonesas se conoce a un grupo de Anemone de floración otoñal de largos y gráciles tallos que rematan en delicadas flores por lo general blancas o de color rosado. Entre los híbridos destacan ‘Honorine Jobert’*, que produce una abundante floración blanca entre hojas verde oscuro; ‘Köningin Charlotte’* y ‘September Charm’*, ambas de flores semidobles rosadas, y ‘Pamina’*, dobles en forma rosetas perfectas de color rosa oscuro.
Rosa ‘Mutabilis’
La Rosa x odorata ‘Mutabilis’*, un híbrido que se supone oriundo de China, tiene la peculiaridad de florecer largamente —desde la primavera hasta las primeras heladas—, pero sobre todo de producir abundantes flores simples que cambian de color al envejecer: surgen como botones de un tono amarillo miel, al abrirse son asalmonadas, y van oscureciéndose hasta acabar en un rosa púrpura. Son perfumadas, atraen a las mariposas y producen vistosos escaramujos. En parterres y borduras se puede utilizar como arbusto, incluso cubresuelos. También funciona bien como rosal trepador.
Salvias
Son muchas las salvias que dan flor desde el final de la primavera al otoño si se suprimen las flores pasadas: la Salvia nemorosa, con sus famosos cultivares ‘Caradonna’* (en la foto) y ‘Amethyst’*; la
Salvia x sylvestris
‘Mainacht’* y ‘Blauhügel’*, entre tantas; la tan atractiva
Salvia farinacea;
las salvias que producen florecillas por lo general rojas o rosa fuerte, como la
Salvia
greggi, Salvia microphylla
(el cultivar ‘Hot Lips’*, en blanco y rojo es muy popular) y
Salvia x jamensis,
y también otras menos comunes como la
Salvia
verticillata, Salvia scabra
y
Salvia
azurea.
La
Salvia
leucantha,
de gruesas espigas aterciopeladas, florece en otoño e invierno. Se adaptan perfectamente a la jardinería de bajo riego y responden bien al cultivo en tiestos y jardineras. Consulta
Salvias en flor (casi) todo el año.
* Cuentan con el Garden Merit Award de la Royal Horticultural Society por sus buenas cualidades jardineras.