Los ficus: una gran familia
Del Ficus benjamina, que adorna tantas oficinas y casas, al gomero, que estuvo tan de moda en los años sesenta y setenta: Ficus es un género que abarca unas mil especies. En sus hábitats de origen, algunos ejemplares alcanzan dimensiones extraordinarias.
Los ficus son infalibles como plantas de interior. En la foto, un gomero (F. elastica), dos F. benjamina, uno verde y otro variegado, y un F. lyrata. Abajo, un bonsái de F. benjamina, y un F. pumila.En las zonas tropicales de América y Asia, los ficus pueden alcanzar un tamaño gigantesco y reventar con la fuerza de sus raíces aceras, calzadas y... templos y ciudades perdidas. Son parientes de la higuera común (Ficus carica) y del sicomoro (F. sycomorus), de frutos amarillos, anaranjados y púrpuras. Otros emiten raíces aéreas desde las ramas, que se entierran en el suelo creando un verdadero bosque.
La facilidad de cultivo de los ficus en general, hace que se hayan convertido en ejemplares muy apreciados para interior, donde exigen una posición luminosa, fuera de las corrientes de aire, y temperaturas cálidas (no menos de 10º). Necesitan riego moderado, cuidando que la tierra nunca se seque (pero sin encharcar); si se pulveriza el follaje, mejor, de paso se previene la aparición de la araña roja. Otro enemigo habitual es la cochinilla, que habrá que quitar con un trapo húmedo, hoja por hoja.
Hojas deltoides, lanceoladas, en forma de lira, verdes o variegadas... Los ficus ofrecen un follaje muy variopinto.
Hojas deltoides, lanceoladas, en forma de lira, verdes o variegadas... Los ficus ofrecen un follaje muy variopinto.
Hojas deltoides, lanceoladas, en forma de lira, verdes o variegadas... Los ficus ofrecen un follaje muy variopinto.
El sustrato debe ser fértil y ligero, con alto contenido en materia orgánica; habrá de contener turba, arena y mantillo a partes iguales. El exceso de agua y la falta de luz les causa gran debilidad. Para asegurar la brillantez del color verde de su follaje, en primavera y verano conviene aportarles abono para plantas de hoja verde (rico en nitrógeno) de forma periódica. Para que ganen tamaño hay que cambiarlos de maceta cada dos años, aproximadamente.
Especies muy variadas
El más común entre los ficus de interior es el F. benjamina, de hojas verdes o variegadas. Después de triunfar en los años sesenta como planta de salón, sigue en vigencia el gomero (F. elastica), de grandes hojas coriáceas, verdes o variegadas. Debe su nombre al látex que segrega al sufrir cortes.
El F. lyrata muestra unas decorativas hojas verdes, grandes (en África tropical, su medio natural, alcanzan los 40 centímetros), en forma de lira, y con llamativas nervaduras en el envés; es intolerante al frío y a los cambios de temperatura.
El F. binnendykii , en cambio, presenta hojas lanceoladas, y el F. deltoidea, hojas con aspecto de letra delta mayúscula, y frutos muy parecidos a los higos, que del verde viran al rojizo al madurar (no son comestibles).
El F. pumila, por su parte, tiene la peculiaridad de ser trepador. Suele venderse en los centros de jardinería como una pequeña plantita de hojas verdes o variegadas, especialmente de uso colgante, a menudo compartiendo espacio con otras en centros compuestos.
Ficus para exteriores
Si se trata de plantar un ficus en un jardín, habrá que tener en cuenta el clima: se dan especialmente bien en el área mediterránea y en Canarias, aunque algunos F. benjamina y F. elastica también puedan verse en el exterior en algunas otras zonas de la Península.
Hay dos ficus sagrados del subcontinente indio que se dan bien en Canarias y el Mediterráneo: el F. benghalensis, de hojas verde oscuro con nervaduras claras y frutos rojos redondos, y el F. religiosa, o de las pagodas, de hoja muy decorativa. El F. aspera, por su parte, ofrece la peculiaridad de unos frutos de color púrpura y hojas recubiertos de una fina pelusilla blancuzca. Y el F. rubiginosa, originario de Australia, alcanza los 12 metros de altura.