Descubre el ‘caviar’ cítrico

Una explosión de sabor a lima, agridulce, efervescente… en diminutas perlas transparentes. Este caviar vegetal que se suele ver en la alta cocina no es el sofisticado producto de una esferificación sino la pulpa de los frutos de un exótico arbolito que se puede cultivar en un tiesto o el jardín.

Este ‘caviar’ vegetal puede ser de color rosado pálido o intenso, blanco, anaranjado, amarillo o verde claro… Lo mismo ocurre con los frutos, llamados lima dedo.

Pequeñas esferas como las huevas de caviar, que estallan en la boca liberando un zumo efervescente y aromático de un fresco y punzante sabor a lima. Forman la pulpa de los frutos del Microcitrus australasica, un pequeño árbol originario de las zonas subtropicales de Australia. Aparece en la alta cocina, cómo no, dando un toque cítrico a los platos de marisco y pescado (sobre todo asiáticos), reemplazando el zumo de limón, coronando ensaladas y postres, en sorbetes, mermeladas y confituras, e incluso en coctelería y bebidas sin alcohol.

El Microcitrus australasica es un pequeño árbol originario de las zonas subtropicales de Australia. Su decorativa pulpa aparece en la alta cocina dando un toque cítrico a los platos.
Este caviar vegetal puede ser de color rosado pálido o intenso, blanco, anaranjado, amarillo o verde claro… Lo mismo ocurre con los frutos, con aspecto de lima pero alargados (lima dedo, traducción directa de finger lime, como lo llaman en Australia, es otro de los nombres por los que se lo conoce), que suelen ser verdes, aunque también anaranjados, marrones, púrpuras o casi negros. Estas tonalidades dependen de la variedad, pero también de la época del año y el clima. La suave y fina piel también se puede emplear en la cocina, fresca o seca. Las cualidades de estos frutos se conservan incluso si se congelan.

Un árbol pequeño y compacto

Los ejemplares de Microcitrus australasica pueden alcanzar los dos metros de altura y lucen un aspecto compacto y ornamental. Incluso recuerdan un bonsái por la desproporción entre el tamaño de las hojas, muy pequeñas, y los frutos, que alcanzan entre dos y tres centímetros de diámetro y entre cinco y 12 de largo. El follaje es de color verde oscuro y surge entre espinas de unos dos centímetros. Emite pequeñas flores blancas en primavera y los frutos se pueden recolectar entre noviembre y enero. Cuando están maduros caen o se desprenden de las ramas sin ningún esfuerzo (si no están en su punto la pulpa pueden resultar amarga y astringente) y las perlitas se derraman apenas se abre la piel. Las semillas son inexistentes o muy escasas.

CLAVES DEL CULTIVO

• Temperatura y exposición:

Las regiones de procedencia del Microcitrus australasica (Queensland y Nueva Gales del Sur) son un indicativo de su baja rusticidad (-1º, zonas 10-11). Por lo tanto, solo se puede cultivar en el suelo en las áreas de España libres de heladas, aunque siempre en un lugar protegido del sol fuerte y el viento, ya que en origen es una planta de sotobosque. No obstante, puesto que vive bien en maceta se puede cultivar en el resto del territorio siempre que se la lleve a cubierto a un sitio muy luminoso apenas las temperaturas empiecen a bajar.

• Sustrato:

Necesita una tierra de riqueza media, fresca y con buen drenaje. Si es levemente ácida asimilará mejor el hierro. Existen sustratos específicos para cítricos.

• Riego:

Necesita disponer de la humedad adecuada. Se ha de regar cada dos o tres días procurando mojar todo el cepellón, pero sin encharcarlo. Los goteros del riego automático deben colocarse a unos 15-20 centímetros del tronco para evitar que se moje el cuello.

Lee Cítricos de colección para saber más sobre cómo cuidar estas plantas.


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