Decorar con plantas crasas
Por su extraordinario repertorio de formas escultóricas y sus mínimos requerimientos de agua y cuidados, no hay nada como las colecciones de pequeñas plantas crasas para decorar ambientes de interior llenos de luz. Su tamaño y su predilección por los recipientes diminutos permiten sacar partido a tiestos y portamacetas mínimos. Son la Planta de interior de julio del Flower Council of Holland.
La selección de portatiestos de cerámica y cristal resalta la belleza de las crasas, protagonistas absolutas de esta estantería.Las plantas crasas que te enseñamos en esta página no solo son especialmente decorativas por su enorme diversidad de formas, tonalidades y acabados, sino también por las infinitas combinaciones que permiten componer. Nada les gusta más que vivir apretadas, unas junto a las otras, en tiestos planos. Además, es tan poca la tierra que necesitan —sus raíces no suelen profundizar sino extenderse superficialmente—, que pueden vivir en los recipientes más pequeños, ideales para disponer en grupos coordinando materiales, texturas y colores, como en la estantería de la foto de esta página.
El uso de las escultóricas crasas como decoración viva tiene una gran ventaja: requieren escaso riego, dada su capacidad para reservar agua en los tejidos de las hojas.
El uso de las escultóricas crasas como decoración viva tiene una gran ventaja: requieren escaso riego, dada su capacidad para reservar agua en los tejidos de las hojas.
Pero el uso de las escultóricas crasas como decoración viva tiene otra gran ventaja: requieren escaso riego, dada su capacidad para reservar agua en los tejidos de las hojas, y tienen fama de cuidarse prácticamente solas (te lo contamos más abajo). Eso sí, el ambiente ha de ser luminoso, condición imprescindible para que estas plantas disfruten de una larga y saludable vida. Principiantes y coleccionistas no lo podían tener más fácil.
Crasas para ambientes de interior
Como no todas las plantas crasas viven bien dentro de casa, te recomendamos escogerlas en la sección de plantas de interior del centro de jardinería. Allí encontrarás el tan apreciado Aloe vera y muchas variedades de Haworthia, que se le parecen en versión miniatura por sus hojas canosas y puntiagudas, muy decorativas. Colecciones de preciosas rosetas de Echeveria, de hojas cortas y puntiagudas de tonalidades verde claro, azuladas o púrpuras y aspecto empolvado, que además emiten largas varas florales; de Pachyphytum, de hojas redondeadas y aspecto traslúcido, tan irreales que parecen de cera, y sus bellos híbridos Pachyveria. Senecios cuyas hojas recuerdan collares de gruesos guisantes. Un enorme abanico de crásulas, entre ellas los miniarbolitos de la popular Crassula ovata minor, y las ‘Hottentot’, cuyas hojas recuerdan delgados y densos rizos. Kalanchoes, desde el Kalanchoe thyrsiflora, de hojas muy anchas y planas, verdes con el margen rojo, al Kalanchoe tomentosa, de follaje afelpado gris con motas marrones. Rhipsalis de tallos finos y largos como gruesos cabellos… Todo un despliegue de la creatividad de la Naturaleza en formas, tamaños, texturas y tonalidades.
Un consejo: salvo que sea imprescindible, no las extraigas del tiesto que traen del centro de jardinería. Así evitarás sobre todo que se dañen sus hojas, que son muy frágiles. Introdúcelas tal cual en un recipiente sin agujero de drenaje, a modo de portamacetas, para reducir las posibilidades de que se estropee la superficie de los muebles por condensación de humedad o pérdidas del excedente de agua. Si las plantas directamente en un recipiente sin drenaje, como los de cristal de la foto de la derecha, tendrás que extremar las precauciones con el exceso de agua en el sustrato.
CÓMO CUIDAR UNAS PLANTAS (CASI) INDESTRUCTIBLES
• El ambiente:
Debe ser luminoso, pero sin sol directo. Si la luz es escasa se ahilarán y debilitarán. Prefieren los ambientes secos, ya que en general provienen de zonas desérticas o semidesérticas (excepto los Rhipsalis), y templados o cálidos, ya que las crasas que se pueden cultivar dentro de casa sufren cuando la temperatura se acerca a los 0º.
• Riego escaso:
El talón de Aquiles de la crasas es el exceso de agua. Si reciben demasiada y, además, la tierra es poco porosa y drena mal, lo más probable es que la planta acabe muriendo; si además hace frío, peor todavía. De octubre a marzo no deberían regarse, a lo sumo pulverizar con agua el sustrato; en abril, mayo y septiembre bastaría con regarlas un poquito dos veces al mes, y en verano una vez a la semana o cada 10 días. Antes de regar es importante comprobar que el sustrato esté seco. Ante la duda, consulta a los expertos de tu centro de jardinería.
• No necesitan abono:
Las crasas son de lento crecimiento y prefieren los suelos pobres, de modo que no haría falta abonarlas, al menos el primer año. En los siguientes se les puede aportar un fertilizante específico para cactus y crasas de marzo a septiembre, siempre respetando la dosis y la frecuencia indicadas por el fabricante.
• Un sustrato pobre y poroso:
En caso de necesitar trasplantarlas, lo indicado es proporcionarles un sustrato poroso para que dispongan de buen drenaje y aireación, como el específico para cactus, que además contiene magnesio para prevenir la podredumbre radicular. La primavera es la época más conveniente para hacer el trasplante.
• Casi inmunes:
Son plantas en general muy resistentes a las plagas y hongos, siempre que se les ofrezcan las condiciones de cultivo adecuadas. Si hay algo letal para las crasas es el exceso de agua en el sustrato y/o una atmósfera húmeda, mal ventilada y fría, condiciones ideales para que surjan hongos de pudrición. El exceso de sombra puede favorecer la presencia de la cochinilla algodonosa, sobre todo, y cerosa.
• Fáciles de multiplicar:
Se reproducen por esquejes de hojas o separando los hijuelos que van naciendo en la base de las plantas. Basta enterrar apenas el retoño, ramita u hoja en un sustrato húmedo de arena y turba.