Ásteres (2ª parte): Cómo cuidarlos
Conocer las exigencias de cultivo de los ásteres te permitirá disfrutar año a año de su floración de otoño. Aquí te contamos qué cuidados necesitan. ¿Sabes que también hay ásteres que dan flor en verano? Descúbrelos.

¿Qué necesitan los ásteres?
• Mucha luz:
Los ásteres florecerán más abundantemente y conservarán un porte compacto si reciben suficiente luz. Viven bien a pleno sol o en sombra ligera. En cambio, si se plantan en sombra las ramas crecerán débiles y ahiladas y darán poca flor. No son plantas de interior.
• Un sustrato bien drenado:
Requieren en general un suelo profundo, fértil y fresco. Sin embargo, algunas especies prefieren los sustratos de fertilidad media, y otras, las tierras pobres, levemente secas y alcalinas (fíjate en los textos que acompañan cada especie que mencionamos). Que el suelo drene bien y no acumule agua es una exigencia de todos los ásteres.
• Un lugar en el jardín o una maceta:
Antes de plantarlos en el jardín es necesario trabajar muy bien el terreno desmenuzando los terrones. Los ásteres también viven bien en contenedores, especialmente las variedades rastreras y compactas, siempre que sean profundos.
• Riego regular:
Procura que el sustrato se conserve fresco, es decir, con un cierto grado de humedad (no mojado). Para ello deberás regarlos según la temperatura y la sequedad ambiental: con mayor frecuencia en verano o cuando están recién plantados, y menor cuando las temperaturas sean bajas. Comprueba siempre el grado de humedad del sustrato antes de regar. Evita a toda costa el encharcamiento.
• Abono para plantas de flor:
La aplicación regular de un abono rico en fósforo y potasio durante el periodo de floración te asegurará una producción abundante y prolongada de flores.
• Una floración duradera:
Eliminar las flores marchitas incentivará una floración más larga y evitarás a la vez la producción de semillas. Si pinzas algunas ramas puedes escalar la emisión de flores.
• Poda:
Para que las matas se conserven compactas conviene despuntarlas una o dos veces, en primavera e inicios del verano. Al final de la temporada de floración deberás cortar las ramas al ras y cubrir el suelo con compost o estiércol bien descompuesto.
• División de las matas:
Cada tres o cuatro años es necesario dividir las matas para garantizar una floración de calidad y, de paso, obtener más plantas; debes hacerlo cuando haya pasado la floración. También se multiplican por esquejes en primavera, y por semilla.
• Hongos bajo control:
Durante el otoño, los ásteres pueden sufrir el ataque del oídio y la roya, a los que favorece la humedad ambiental. El oídio se manifiesta en forma de manchas de polvillo blanco en las hojas, y la roya, como pústulas de color herrumbre en hojas y tallos. Debes aplicar inmediatamente un fungicida (pide consejo en tu centro de jardinería). Para prevenir estas enfermedades es importante no plantar los ejemplares muy juntos o a la sombra. Hay ásteres resistentes al oídio (fíjate en los textos que acompañan cada especie que mencionamos).
• Caracoles y babosas a raya:
Las hojas y tallos de los ásteres sirven de alimento a los limacos. Se pueden mantener alejados mediante repelentes o trampas, que podrás conseguir en tu centro de jardinería.
LOS ÁSTERES DE VERANO
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Aster alpinus
Este áster rastrero (15-30 centímetros del altura) florece desde el final de la primavera a mediados del verano. Oriundo de los Alpes y otras zonas europeas de montaña (con subespecies en Canadá y el norte de EEUU), soporta grandes fríos y admite los suelos calizos, con un pH máximo de 7,5. Prefiere una fertilidad media a baja y un clima fresco. Es de lento crecimiento. Resulta ideal para rocallas y taludes.
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Aster tongolensis
Se distingue por el disco anaranjado de sus cabezuelas florales, que surgen desde mediados del verano a comienzos del otoño. Las lígulas son azul lavanda, azul violáceo, violeta y violeta oscuro. Es originario de China y el Himalaya. Las plantas alcanzan en general de 45 a 60 centímetros, aunque algunos cultivares apenas se elevan 20-30 centímetros. El ‘Berggarten’ es especialmente atractivo y resistente al oídio.