Anthurium de pequeños corazones

Como sucede últimamente con tantas especies de plantas de interior, los Anthurium también tienen su versión mini: ejemplares más compactos, con hojas y flores más pequeñas y muy abundantes. ¡Para llenar tu salón de minicorazones!

Frondosos y llenos de flores, los Anthurium resultan decorativos en grupos, en dúos o en solitario. Los Anthurium scherzerianum se caracterizan por sus espádices retorcidos.

Las tendencias miniaturizadoras, hoy tan de actualidad en las llamadas plantas de interior, han dado lugar entre los decorativos Anthurium a una colección de plantas muy compactas, de frondoso follaje verde oscuro y preciosas flores —espatas para ser exactos— de colores que van del verde limón al rojo, pasando por los anaranjados y los rosados, desde el más suave al más intenso.

Las flores de los Anthurium suelen durar varios meses; el color de las viejas es distinto al de las nuevas, lo que aporta un atractivo cromático muy peculiar.
Estas carnosas y brillantes espatas son en realidad hojas modificadas, por ello muchas veces lucen tonalidades verdosas que se mezclan con los colores cálidos en un juego cromático de lo más seductor. Con los espádices —el apéndice que surge en el punto donde la espata se une al tallo y que es la verdadera flor— sucede algo parecido: puede ser morado, anaranjado, rosado, bitono en amarillo y blanco... Las flores suelen durar varios meses, con la singularidad de que el color de las viejas es distinto al de las nuevas, lo que aporta un atractivo cromático muy peculiar.

Estos mini Anthurium son híbridos obtenidos sobre todo de las especies Anthurium andreanum, de espádice recto, y Anthurium scherzerianum, de espádice espiralado, originarias de las zonas tropicales de Centro y Sudamérica. Estas plantas integran la lista de especies capaces de purificar el aire librándolo de sustancias nocivas.

CUIDADOS: LOS SECRETOS DE UNA LARGA VIDA

Para disfrutar durante mucho tiempo de la belleza de los Anthurium mini procúrales estas condiciones de cultivo:

Humedad ambiental y temperatura cálida estable:

• Si la planta se mantiene a una temperatura constante de 19 a 28º (sufre si son más de 30º o menos de 15º), puede exhibir flores durante todo el año y mantener el follaje lustroso e intacto. Pulverízala con agua destilada o descalcificada a unos 15 centímetros de distancia para procurarle un ambiente húmedo. Su humedad relativa ideal es del 60 al 80%.

• Un lugar luminoso:

Si los Anthurium no cuentan con suficientes horas de luz no darán muchas flores y las plantas se ahilarán. Por el contrario, si la luz es excesiva verás que el follaje y las flores palidecen. Ten la precaución de no exponerlos al sol directo, que puede quemarles las hojas. El Anthurium scherzerianum necesita menos luz que el Anthurium andreanum.

• Riego:

El sustrato debe contar con cierta humedad, pero sin estar empapado. El exceso de agua puede provocar la aparición de hongos de pudrición, capaces de liquidar las plantas en poco tiempo. Riégalas preferentemente por arriba cuando notes que el sustrato ha perdido humedad, si es posible con agua descalcificada o de lluvia. No permitas que el agua se acumule en la base; la maceta no debe estar en contacto con ella.

• Corrientes de aire:

Es clave protegerlos de las corrientes de aire en los días fríos, caso contrario pueden perder rápidamente las flores y amarillear las hojas.

• Lejos de la calefacción:

No los sitúes cerca de fuentes de calor.

• Trasplante:

No los cambies de maceta hasta que estén aclimatados. Eso sí, al cabo de dos años, aproximadamente, exigirán un trasplante. Los expertos recomiendan situar el ejemplar en el centro de la nueva maceta y a la altura correcta: si se planta a una profundidad excesiva, el punto de crecimiento quedaría más expuesto a un ataque de hongos; si se deja demasiado alto, la planta no podrá sostenerse correctamente. No se debe presionar demasiado fuerte el punto de crecimiento, ya que podrían producirse daños irreversibles en él.

• Sustrato:

Necesitan un sustrato poroso, suelto, que facilite tanto la aireación de las raíces y el drenaje del exceso de agua, como una adecuada retención de humedad, que haga posible una buena distribución de los nutrienes. Ha de ser rico en turbas.

• Limpieza de hojas:

Agradecerán que se retire el polvo del follaje, a ser posible con agua de lluvia o descalcificada. Es preferible no aplicarles abrillantadores.

• Poda:

Solo hay que recortar las hojas y flores marchitas. La savia es irritante al contacto con la piel.

• Abono:

Conviene aplicarles fertilizante líquido para plantas de flor cada dos semanas, sobre todo en la época de floración.

• Plagas:

Un exceso de abono en los Anthurium puede hacerlos vulnerables a la cochinilla cerosa. Los ambientes muy secos y calientes favorecen el ataque de la araña roja. Vigila el haz y el envés de las hojas y aplica el fitosanitario adecuado (pide consejo en tu centro de jardinería).

• Refloración:

Para que los Anthurium vuelvan a florecer, límpialos de flores viejas y déjalos descansar en invierno unas seis semanas a unos 15º, sin abonarlos ni regarlos.

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