Agapantos para la terraza de verano

Florecen sin cesar todo el verano y crecen a gusto en macetas cuanto más profundas mejor. Sus esbeltas cabezas florales, que se elevan sobre un manojo de largas hojas acintadas, hacen del agapanto una planta perfecta para llenar de azules y blancos una terraza o un patio. Además, es tan elegante como resistente a la sequía y poco exigente en el cultivo.

Los azules y blancos de los agapantos protagonizan la decoración viva de esta terraza. Sobre la mesa, variedades compactas, ideales para tiestos pequeños.

Entre junio y los inicios del otoño, la floración de los agapantos recuerda una incesante explosión de azules y blancos. En el extremo de unos escapos que pueden alcanzar un metro de altura estallan grandes umbelas que agrupan numerosas flores en forma de trompeta. El color más habitual es un intenso azul pastel, pero en los últimos tiempos las tonalidades abundan en todos los matices imaginables, desde el violeta oscuro al celeste más pálido, además del blanco inmaculado. Los cultivares que se exhibieron el año pasado en el Chelsea Flower Show de Londres incluían flores bicolores —‘Twister’, blancas por dentro y azules por fuera; ‘Melbourne’, de flores casi blancas con una línea azul marcada en cada pétalo, entre otras— e incluso con un satinado escapo negro (‘Back in Black’).

El color más habitual de los agapantos es el azul pastel, pero en los últimos tiempos se han multiplicado los matices, desde el violeta oscuro al celeste más pálido, además del blanco.

El color más habitual de los agapantos es el azul pastel, pero en los últimos tiempos se han multiplicado los matices, desde el violeta oscuro al celeste más pálido, además del blanco.

Los híbridos difieren además en la silueta y el tamaño de la planta, el largo del escapo o de las hojas, la forma de la flor (los hay de trompetillas dobles, como el ‘Flore Pleno’) y la época de floración. El agapanto (Agapanthus africanus principalmente) y sus híbridos llevan siglos en los jardines, pero desde hace unos años se apuesta también por ellos como plantas de patio.

Esta especie nativa de la región del Cabo, en Sudáfrica, resistente a la sequía y poco exigente en el cultivo, permite crear atractivas alineaciones y grupos en los espacios de exterior: solo se necesitan macetas sobre todo profundas para que las matas formadas por una profusión de largas hojas luzcan en todo su esplendor y emitan sus flores, que cada año serán más abundantes y grandes.

Para que el follaje y las varas florales puedan ofrecer toda su belleza, los tiestos no se deben colocar demasiado juntos. Se pueden disponer a diferentes alturas, combinados con plantas verdes para que el conjunto resulte aún más bonito. El agapanto puede vivir bien al aire libre en gran parte de España (zonas 9-11), incluso en jardines secos o junto al mar. Si el invierno es muy frío perderá el follaje, pero el rizoma será capaz de generar nuevas plantas la siguiente primavera. Las flores son nectaríferas y atraen a las abejas y mariposas.

Cómo cuidar los agapantos

Los agapantos simbolizan el amor. El nombre del género está compuesto por los vocablos griegos agape (amor) y anthos (flor). Llegó a Europa (Inglaterra) desde Sudáfrica en 1629. Desde entonces se ha naturalizado con facilidad en muchas regiones de clima suave.

El Agapanthus africanus y sus híbridos son plantas poco exigentes. A continuación te contamos lo poco que necesitan para dar lo máximo de sí:

Un lugar al sol o protegido

• si se trata de una zona muy calurosa o donde las heladas superen los -7º. Toleran la sequía una vez establecidos. No les afecta el aire del mar. En las zonas muy frías conviene llevar las macetas a cubierto durante el invierno.

El sustrato ha de ser ligero, humífero y algo ácido.

• Lo ideal es una mezcla de tierra de jardín y arena para que drene bien y no se pudra el rizoma.

El tiesto debe ser espacioso

• y con agujero de drenaje para que el agua no se acumule en la base.

• Necesitan riego moderado.

Durante la época de crecimiento y floración es importante que el sustrato permanezca ligeramente hidratado, pero no encharcado. Si las hojas amarillean es signo de que el suelo está demasiado húmedo. En invierno debe mantenerse prácticamente seco.

• Acolchar el sustrato

ayudará a que la humedad se mantenga y protegerá el rizoma en los meses más fríos.

• Un aporte mensual de abono

para plantas de flor potenciará el crecimiento y la floración.

• Recortar las varas florales marchitas

incentiva la refloración. Si la parte aérea desaparece, las hojas secas se deben podar al ras al final del invierno para asegurar una brotación vigorosa.

• Los agapantos son plantas resistentes a las plagas y enfermedades en general.

Es importante mantener los caracoles y babosas a raya.

• Es recomendable dividir las matas cada seis o siete años,

a finales del verano, para rejuvenecerlas y multiplicar los ejemplares.


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