La albahaca es una hierba de rápido crecimiento muy apropiada para cultivar en maceta. Como no crece más que unos treinta centímetros y sus raíces no son para nada invasivas, se adapta perfectamente bien a vivir en recipientes. Sin embargo, tiene un pequeño pero importante problema: cuando florece se suele secar.
Sabiendo esto, ¿cómo evitar que florezca la albahaca y conseguir así que dure más tiempo?
La respuesta es simple: podándola . Producir flores supone un gasto de energía notable a la albahaca -y, en realidad, a todas las plantas-, pero tiene el inconveniente añadido de que nuestra protagonista a menudo se cultiva como anual en las regiones templadas del globo ya que el clima en invierno es demasiado frío para ella. No obstante, si se va podando a lo largo del año por un lado, se evita que florezca, y por otro que tenga un desarrollo más interesante con muchas más ramas y hojas.
¿Cuándo se poda? A lo largo del año. Como tiene tallos muy tiernos podemos utilizar unas tijeras como las de coser previamente desinfectadas con alcohol de farmacia. Con ellas quitamos las hojas más nuevas de cada tallo una vez al mes . Así le obligaremos a producir tallos más bajos, un trabajo para el cual consumirá energía. Como consecuencia de ello, aunque sea su temporada de floración no tendrá fuerzas para sus flores.
Como no florecerá y tendrá más tallos, tendrá también más posibilidades de sobrevivir al invierno si está protegida del frío y sobretodo de las heladas. Aún así, y si tienes dudas de si tu planta va a poder resistir, ubícala en una habitación sin corrientes de aire en la que entre mucha luz natural y riégala no más de dos veces por semana. Con la llegada de la primavera sácala al exterior y ponla en semisombra para que pueda continuar creciendo.