La Kentia , cuyo nombre científico es Howea forsteriana , es una de las palmeras más populares tanto en interiores como en los jardines . Su rusticidad, su aspecto tropical y su elegancia lo hacen posible. Su tronco es más bien delgado; de hecho no suele superar los 30cm de diámetro. Tiene un crecimiento más bien lento, y de joven prefiere crecer en lugares con poca luz.
Sin embargo, a veces pueden surgir preguntas con respecto a su cultivo y/o cuidados. En esta ocasión intentaremos resolver las dudas más frecuentes para que puedas tener tu Kentia en perfecto estado todo el año, durante muchos años.
Para saber cómo se cuida, antes debemos saber de dónde es originaria. Esta preciosa palmera vive en las selvas de la isla de Lord Howe, de ahí proviene su nombre. Pasa sus primeros años creciendo como si fuese una planta herbácea, al abrigo de arbustos y árboles. Durante este tiempo no le da el sol directo, pero una vez que va ganando altura poco a poco también le va dando más luz directa, lo cual la obliga a sacar hojas cada vez más resistentes a la luz del sol. Una vez adulta, cuando ha alcanzado los 10-15 metros, ya está perfectamente adaptada a sus nuevas condiciones.
Esto en cultivo se traduce de la siguiente manera: las palmeras que venden en viveros y/o centros de jardinería provienen normalmente de invernaderos en donde se hace una macro-producción de plantas, en donde siempre tienen las condiciones ideales para crecer. Esto hace que una vez que tenemos la palmera en casa o en el jardín, pueda debilitarse , especialmente si hemos comprado una maceta en la que han plantado dos o más Kentia juntas. Es muy aconsejable que no la acostumbremos al sol hasta que no pase mínimo un año, y siempre teniendo en cuenta que este proceso se ha de hacer poco a poco.
La pregunta del millón: ¿en casa o en el jardín? Bueno, todas las plantas deben de estar en el exterior, pero lo cierto es que, aunque el clima sea favorable para ella durante todo el año (resiste heladas suaves hasta -4º), la podemos tener en el interior sin problemas. La colocaremos en una habitación muy bien iluminada , pues de otro modo se debilitará.
Para asegurarnos de que puede realizar la fotosíntesis correctamente, le limpiaremos las hojas con un trapo húmedo (de agua destilada) para quitarle el polvo de vez en cuando.
En cuanto al riego deberemos dejar secar el sustrato entre riego y riego. Recordemos que es mucho más fácil que una planta muera por exceso de riego que por defecto. Una vez al mes podremos añadir abono específico para palmeras al agua de riego; así crecerá más vigorosamente.
Y por último, el trasplante. Quizás el tema más delicado y cuestionado. Se dice que tiene un sistema radicular delicado. Es así. Pero también es cierto que si sacamos el cepellón entero sin que se desmorone, de la maceta, el éxito está asegurado. De verdad.