Guppys: Pezqueñines sí, gracias

Los guppys son peces ideales para iniciarse en el hobby del acuario. Fáciles de mantener, tranquilos en la convivencia, muy variados en colores y formas, y campeones en reproducción.

Las aletas caudales de los guppys parecen hilos de seda de colores iridiscentes, muchas veces con patrones atigrados.

El Poecilia reticulata tiene varios nombres comunes por el lío que se montó en su origen, cuando varios expertos descubrieron la especie en diferentes momentos y lugares (Venezuela, Trinidad). Guppy es el apellido de uno de aquellos naturalistas de mediados del XIX y le ha quedado como apodo, tal vez por lo sonoro y corto, como que le va bien a una mascota así. También lo llaman lebiste por otro intento de clasificación, y pez millón dada su capacidad de multiplicarse. Guppy para los amigos.

Los colores de los guppys abarcan desde rojos y anaranjados encendidos a frescas mezclas de amarillos y verdes, o tonos metálicos plateados, grisáceos y azulados.
Esa facilidad para el cruce ha generado tal cantidad de colores y diseños en las aletas que no pocos aficionados los coleccionan como si fuesen cromos en el álbum del acuario. La verdad es que captan la atención por sus tonos vivos, a menudo en patrones atigrados o de leopardo y con reflejos iridiscentes. La paleta es cada vez más atractiva: desde rojos y anaranjados encendidos a frescas mezclas de amarillos y verdes, o tonos metálicos plateados, grisáceos, azules y ahumados. Sus criadores pasan horas admirando los cambios cromáticos de sus reflejos cuando se mueven con diferentes condiciones de luz.

Aletas y caudas como velos

Completan el espectáculo los diseños de las aletas. Las caudales tienen aspecto sedoso, como de fibra textil, y algunas dorsales, menos rígidas, parecen mechones de pelo. Los cruces han desarrollado caudales en forma de espada sencilla y doble, en abanico y triángulo, de punta de flecha o redonda como un pai-pai… en combinación con dorsales cortas o en largos penachos. Las hembras son menos coloridas pero más grandes: hasta ocho centímetros frente a los tres o cuatro de los machos. A ellos se los reconoce también por la aleta inferior en forma de tubo, el gonopodio, su órgano reproductor.

Los guppys son sociables y se pueden mezclar con otras especies comunitarias, salvo las muy territoriales, como bettas, barbos sumatranos, escalares y cíclidos. Eso sí, al alcanzar la madurez sexual a los tres meses los machos empiezan a acosar. Para evitar que las hembras se estresen, conviene que haya al menos tres por cada macho en el acuario. Su comportamiento reproductor es muy característico: él realiza una coreografía nupcial y después expulsa paquetes de esperma que la hembra recoge; puede conservar parte del contenido para autofecundarse varias veces más a lo largo de una temporada. Es fácil reconocer la gestación porque el pez engorda mucho y muestra una mancha cerca del ano. Cuanto más grande y oscura, más próximo está el alumbramiento.

Entre 20 y 70 alevines

Estos peces son ovivíparos: los huevos maduran y eclosionan en el interior de la madre, que expulsa los alevines completamente formados. Alumbran de una sola vez o a plazos durante varios días. Un ejemplar sano puede poner de 20 a 70 alevines, aunque algunos superan los cien. La fertilidad suele depender del tamaño de la hembra; también ayuda que su primera gestación sea después de los cinco meses de edad. Tras el alumbramiento, el carácter tranquilo de los adultos puede cambiar y hasta la madre se zamparía sus crías. Se la debe separar en una paridera y cuando alumbre devolverla al acuario, o decorarlo con abundancia de plantas de fondo y superficie para que los alevines puedan refugiarse. En 20 días estarán a salvo por la sencilla razón de que su tamaño superará el de las bocas adultas.

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