Gatos azules: Cartujo, Ruso y Korat
Son esos gatos que se ven pasar suaves y raudos en algunos anuncios de televisión. Será que su capa gris plateada, azul, les va a las cocinas high tech . Hoy son los gatos de moda, los que han tomado el relevo de siameses, persas y angoras. Razas puramente azules solo hay tres.
Los gatos Korat (izquierda) se consideran un tesoro en Tailandia, de donde procede la raza. Los cartujos (derecha) son musculosos y lucen mofletes. Abajo, un azul ruso.Korat: ojos del color del loto
El Museo Nacional de Bangkok guarda un antiguo poema que describe los grandes ojos de los gatos Korat (o Si-sawat) como “gotas de rocío que brillan sobre una hoja de loto”, y su pelaje suave y gris, “como las nubes, con puntas como la plata”. Los tailandeses los consideran un tesoro, al punto de que tradicionalmente no se vendían sino que se entregaban o recibían en términos de gran honor, estima o respeto, como portadores de buena salud y fortuna. Los primeros ejemplares de korat llegaron a Europa (Inglaterra) en 1972.
Son gatos musculosos, de envergadura mediana, silueta con formas redondeadas y cabeza acorazonada; sus orejas son largas pero con las puntas redondas. Su manto, más oscuro que el del azul ruso, por ejemplo, y de una sola capa de pelo corto y fino muy asentado sobre la piel, despide un brillo que luce como un halo plateado. El verde de los ojos se vuelve más profundo y brillante a medida que el gato se hace mayor. Tienen temperamento, pero son juguetones y dulces; desarrollan fuertes lazos afectivos con sus amos y son pacientes con los niños. Lo dicho: un tesoro.
Cartujo: el cazador de los monjes
A diferencia de las otras dos razas azules, los robustos cartujos o chartreux son gatos de ojos de color dorado cobrizo y un espeso pelaje corto que repele el agua. De envergadura mediana a grande —los machos sobre todo— y complexión fuerte, pero ágiles y de suaves andares, se dice que los monjes cartujos forjaron esta raza como cazadora de ratones para preservar sus manuscritos. Su inteligencia, fortaleza y buena disposición le permitieron sobrevivir a pesar de que se lo solía cazar por la calidad de su piel, parecida a la de la nutria.
La cabeza es redondeada y ancha, con potente mandíbula y mejillas llenas; los machos maduros incluso lucen papada. Tiene una expresión dulce y sonriente, característica de la raza. El pelaje, entre mediano y corto, en dos capas, ofrece una textura levemente lanosa, especialmente en los machos adultos, que exhiben los mantos más densos; el pelaje de las hembras y gatos menores de dos años es más sedoso y fino. Pueden lucir cualquier tonalidad gris azulada, desde un ceniza a un pizarra; las puntas plateadas crean reflejos iridiscentes.
Azul Ruso: todo un ‘aristogato’
Un azul ruso trae inmediatamente a la memoria las esculturas de gatos egipcias, por su porte estilizado y sus orejas alargadas y anchas en la base. Tienen ojos verdes rasgados y una densa capa doble de lustroso pelo corto. El pelo de guarda, más largo y claro en la punta, produce un efecto de reflejos plateados; la capa inferior, de pelo muy fino, le confiere un extraordinario tacto de seda. Respecto a su carácter, son gatos inteligentes, activos, dulces, cariñosos y un poco tímidos, que aprecian especialmente la tranquilidad.
La raza Azul Ruso es tan antigua como poco común. Se trata de una de las pocas razas puras naturales que existen, es decir, que no ha surgido del cruce de otras. Aunque no hay certeza absoluta, su origen se sitúa en el norte de la Rusia europea. Llegaron a Inglaterra y Escandinavia hacia mediados del siglo XIX, a bordo de los barcos que partían del puerto de Arkhangelsk (Arcángel, de allí otro de sus nombres: gato Arcángel), en el mar Blanco. Se dice que se convirtieron en los favoritos de algunos monarcas británicos, como antes lo habían sido de los zares.