Un refrescante jardín blanco (2ª parte)
El White Garden de los jardines de Sissinghurst, en Kent, creados por la escritora Vita Sackville-West hacia 1939, es uno de los ejemplos más consumados de jardín blanco, y un modelo para muchos que se hicieron después. Este icónico jardín, que su creadora imaginó con flores blancas y follajes verdes y grises, revela cuántos matices guarda el blanco, entre el más puro y los cremas, en una sabia selección de plantas.
Las hortensias blancas no deberían faltar en un jardín en la vertiente atlántica española. En la foto, la densa cabeza floral de una Hydrangea arborescens Annabelle.En el White Garden de los jardines de Sissinghurst goza de gran protagonismo una apabullante Rosa mulliganii, un vigoroso y rústico rosal trepador de origen chino, que emite en la pérgola central una profusión de ramilletes de pequeñas flores simples de cinco pétalos, que en otoño dan paso a pequeños escaramujos anaranjados.
Las altas espigas florales aportan verticalidad al jardín: Physostegia virginiana ‘Alba’ y Chamaenerion angustifolium ‘Album’, que recuerdan a las dragonarias o conejitos, y el cultivar Delphinium ‘Ice Cap’, una espuela de caballero con densas flores de una blancura extrema.
No faltan masas del decorativo cardo Eryngium giganteum , de reflejos grises con matices azules, ni de violetas (Viola cornuta) de flor blanca. Destacan por sus llamativas hojas verdeazuladas perennes y sus flores en grandes racimos verticales muy atractivos, las matas de Melianthus major, la flor de miel.
Dentro de los arbustos, varias hortensias: Hydrangea macrophylla ‘Lacecap’, cuyas corolas parecen cofias de blonda, Hydrangea arborescens ‘Annabelle’ (en la foto de arriba) y la curiosa Hydrangea quercifolia, de flores en panícula y hojas recortadas parecidas a las del roble. Y entre las trepadoras, el guisante de olor (Lathyrus odoratus) sobre obeliscos de madera.
FLORES BLANCAS PARA EL NORTE ATLÁNTICO
Las plantas de flor blanca del White Garden de Sissinghurst se pueden cultivar perfectamente en el norte atlántico de la Península. Y además:
clemátides,
• Entre las trepadoras, las que adoran los climas húmedos y los suelos frescos. Son de floración blanca la Clematis ‘Duchess of Edinburgh’, que alcanza entre dos y tres metros de altura y da flores dobles entre mayo y junio; la Clematis armandii, que tiene la ventaja de ser perennifolia y dar una copiosa floración perfumada a comienzos de la primavera en forma de estrellas, y la Clematis terniflora o Clematis paniculata, que florece a comienzos del otoño en forma de racimos de flores formadas por cuatro sépalos estrechos. Ver Clemátides: flores como estrellas.
camelias, kalmias, rodondendros
Daphne x transatlantica
‘Eternal Fragrance’,
• Entre los arbustos, las y la matas compactas de unos 70 centímetros de altura que producen flores muy aromáticas desde la primavera al otoño.
cerezos
ciruelos
perales
manzanos
• Entre los árboles, varios dan flores blancas, empezando por el Prunus x yedoensis, pero también los (Prunus domestica). Florecen en blanco los (Pyrus) y algunos (Malus).
peonías
Phlox paniculata
Anemona hybrida ‘Honorine Jobert’,
espuelas de caballero
Veronicastrum virginicum ‘Alba’,
• Entre las vivaces, distintas variedades de (Paeonia lactiflora), el blanco, la que florece hacia finales del verano y desarrolla más de un metro de altura, como el Delphinium ‘Snowgoose’, cuyas espigas florales, que surgen al final de la primavera, alcanzan 1,5 metros de altura, de follaje verticilado en forma de estrellas y sutiles espigas florales que aparecen entre julio y agosto.
gapantos, dalias, tulipanes
Allium ‘Mount Everest’,
• Entre las bulbosas, los a y parientes del ajo como el de grandes corolas esféricas y un follaje carnoso de brillante color verde; las plantas alcanzan 90 centímetros de altura.