El estiércol de gallina o más conocido como la gallinaza es uno de los componentes que tiene origen natural y que dispone de mayor número de nutrientes. Para abonar las plantas es muy útil un fertilizante con gran contenido en materia orgánica y la gallinaza es de los mejores fertilizantes conocidos.
La gallinaza se puede emplear tanto en horticultura como en cultivos extensivos. Sin embargo, no todo es bueno, también tiene inconvenientes. ¿Quieres saber todo sobre la gallinaza?
Propiedades de la gallinaza
La gallinaza dispone de grandes cantidades de carbono que son empleadas en el proceso de conversión al humus que sirve como fertilizante. El problema es que a la hora de utilizarlo en cultivos extensivos, se necesitan grandes cantidades de ellos para que se sean eficientes y se eleva el coste.
Es el fertilizante más concentrado que hay, incluso mucho mayor que el de vaca. Esto es debido a la alimentación que reciben los pollos. Esta alimentación es a base de concentrados que tienen mucha mayor cantidad de nutrientes que aquellos que consume la vaca que va combinando el alimento con el pasto.
La gallinaza no se debe de secar al sol ya que si no los microorganismos no pueden transformar los componentes en materias primas.
Existen productos químicos que son microorganismos que se aplican a la gallinaza, para acelerar su proceso de transformación evitando el olor y agilizando su curado, a demás vuelve más eficientes las propiedades que ella contiene.
Para la elaboración del estiércol de gallina hay que tener cuidado con las moscas , puesto que el proceso de descomposición y el contenido en humedad es aprovechado por éstas para poner sus huevos. Es por ello que se recomienda a los horticultores a que se utilice el estiércol de gallina cuando se ha conseguido la maduración o curado del mismo.
Con esta gallinaza tendremos un perfecto abono para nuestras plantas y lo mejor de todo es que es natural.
