Un huerto fácil para iniciarse

¿Llevas tiempo pensando en cultivar tu propio huerto pero no acabas de dar el paso? ¿No sabes por dónde empezar, qué plantas elegir, cuándo plantarlas o cómo cuidarlas? Empezar es más fácil de lo que parece. Aquí te contamos cómo iniciarte en el mundo de las verduras y hortalizas.

La lechuga es una verdura que puedes cultivar todo el año. Puedes hacer semilleros o plantar planteles, como en la foto, que puedes adquirir en tu centro de jardinería. / Alex Raths

¿En el suelo o en contenedor? Lo primero que debes decidir es dónde situar tu huerto. Si tienes un jardín o un terreno donde puedas plantar, perfecto. Si no lo tienes, no te preocupes, siempre puedes empezar con un pequeño huerto en contenedores en tu balcón, terraza o azotea. Fíjate en todas las alternativas con las que cuentas en Huertos portátiles para llevar y traer.

• Un lugar soleado:

Si quieres cultivar tu propio huerto puedes recurrir a las camas y mesas de cultivo, que puedes colocar en un rincón soleado de la terraza o el ático.
Busca siempre que sea posible un lugar soleado. Se puede mantener un huerto en condiciones de semisombra (te lo contamos en ¿Qué cultivar en un huerto en semisombra? ), pero siempre será más sencillo a pleno sol, ya que la mayor parte de las plantas de huerta prefieren una exposición soleada. De la cantidad de horas de insolación que reciba tu huerto dependerá en parte la variedad de plantas que puedes cultivar).

• Agua a mano:

El agua también es indispensable para las hortalizas. Asegúrate de situar tu huerto en un lugar donde dispongas de una toma de agua a la que puedas acoplar una manguera o donde puedas llenar una regadera. Recuerda que en contenedor (macetas, bolsas, mesas de cultivo...) el sustrato se seca con mayor rapidez que en el suelo, así que tendrás que regar con mayor frecuencia y en menor cantidad.

• Sustrato y abono:

Son también claves para mantener un huerto sano y fértil. Si vas a cultivar en contenedor tendrás que aportar todo el sustrato donde crecerán las plantas. El compost es la opción más sencilla en este caso porque no solo contiene nutrientes sino que ofrece unas buenas características físicas de aireación y retención de agua. Puedes mezclar el compost con algo de tierra vegetal recogida en el campo o en algún huerto y obtendrás un sustrato de excelente calidad; eso sí, es posible que contenga semillas, por lo que deberás realizar escardas para eliminar las malas hierbas.

También puedes recurrir a los sustratos especiales para huerto que encontrarás en tu centro de jardinería, listos para usar.

Si tu opción es plantar tu huerto en la tierra no necesitas aportar todo el sustrato, aunque igualmente es bueno añadir compost. Es una sencilla manera de abonar evitando el peligro de excederse en la fertilización, lo que podría aparejar el crecimiento de plantas débiles y sensibles a plagas, enfermedades y heladas.

• Qué plantar:

Una vez asegurada la disponibilidad de espacio, luz y agua y preparado el sustrato, ha llegado la hora de elegir qué plantar. La variedad de especies es interminable. Aquí te sugerimos algunas cuya sencillez de cultivo las hace especialmente apropiadas para quienes están empezando. Aun así, no temas probar con cualquier otra; las propias plantas te van a enseñar a través de la práctica y la observación cuáles son más fáciles de cultivar y la mejor manera de cuidarlas.

LECHUGA

La lechuga es fácil, crece rápidamente y se puede cultivar en todas las temporadas gracias a sus numerosas variedades (lee La más fresca colección de lechugas ). Hacer un semillero de lechuga es sencillo: siembra las semillas en bandejas de alveolos y cuando hayan germinado aclarea dejando solo una plántula por alveolo; cuando tengan entre cinco y siete hojas trasplántalas al huerto (como en la foto de arriba). También puedes conseguir los planteles en tu centro de jardinería. Riega tus lechugas con frecuencia para que no pasen sed, pero sin encharcarlas.

CALABACÍN

El calabacín es una de las hortalizas más sencillas de cultivar y más productivas. Siembra las semillas directamente en la tierra cuando haya pasado el frío (a partir de abril). Riega las plantas generosamente para incentivar la producción, pero sin mojar las hojas y encharcar el sustrato para evitar la aparición de hongos. Cosecha sus frutos cada pocos días para facilitar la aparición de otros nuevos. Recuerda que también puedes consumir las flores.

TOMATE

El rey de la huerta de verano no puede faltar en la mesa de alguien que quiere tener un huerto propio. Te recomendamos leer Cultivar tomates en maceta y Las 10 mejores variedades de tomates para el huerto. Lleva los planteles al huerto cuando terminen las heladas (abril o mayo, según el clima de tu zona). Haz que las matas crezcan sobre una estructura a la que puedan sujetarse (cañas, madera, metal) o deja que las ramas cuelguen de la mesa de cultivo. Aunque el tomate te va a pedir bastante agua en la época de producción, es importante que la parte aérea de la planta no se moje.

pimientos y guindillas

la familia de las coles

Ver y en la columna de la derecha.

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Las 10 mejores variedades de tomates para el huerto,


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