Frutales autopolinizantes: los que dan frutos en solitario
Tener frutales en casa para cosechar nuestra propia fruta es una idea muy apetecible. Sin embargo, a menudo no contamos con espacio suficiente para plantar todo un huerto de frutales. ¿Debemos por tanto renunciar a ello? En absoluto. Para lugares poco espaciosos donde solo hay sitio para uno o dos árboles se puede recurrir a frutales autopolinizantes: árboles capaces de fecundar sus flores con su propio polen.
De color amarillo dorado y pulpa jugosa y dulce, las ciruelas Golden Japan maduran en julio. Se trata de un cultivar autofértil bastante habitual en España. Abajo, manzanas Golden Delicious.autopolinizarse o autofertilizarse
La mayoría de los frutales necesitan ser polinizados por el polen de otro árbol para fructificar, lo que responde a una estrategia de la Naturaleza en busca de variabilidad genética. En el caso de los melocotoneros, albaricoqueros, cerezos, perales y manzanos, solo los individuos de ciertas variedades tienen la capacidad de ; es decir, no necesitan la cercanía de otros frutales de la misma especie para dar frutos. Con lo cual, con un solo árbol podemos asegurarnos la cosecha de fruta, aunque no haya ningún otro en los alrededores.
partenocárpicos,
Por otro lado, también existen frutales que no necesitan ser polinizados: son los llamados frutales como las plataneras, las higueras, casi todos los cítricos, la mayoría de los kakis y algunas variedades de kiwis; este tipo de frutales son siempre una buena opción porque fructificarán incluso aunque haya carencia de insectos polinizadores, cuya presencia contribuye siempre a incrementar la producción, se trate del frutal que sea.
Aclaración de términos
Si en el huerto se cuenta con espacio suficiente para plantar varios árboles frutales se podrán polinizar entre sí. Es la situación ideal, ya que, incluso con frutales autopolinizantes, el rendimiento del árbol será mayor si tiene cerca otros pies de la misma especie para el intercambio de polen.
autoestériles.
Existen además variedades que se consideran polinizadores universales: se trata de árboles capaces de polinizar a todas las variedades de su misma especie. Por ejemplo, y siguiendo con los cerezos, las variedades ‘Index’, ‘Lapins’ o ‘Sunburst’ funcionan como polinizadores universales.
LOS FRUTALES Y EL CLIMA
Para asegurarse de que el árbol producirá frutos hay que tener en cuenta las condiciones climáticas del lugar donde se va a plantar. Es evidente que frutales tropicales como la platanera o el aguacate no podrán sobrevivir en regiones donde hiela. Pero es que incluso algunos árboles que soportan las heladas no darán fruta si estas persisten durante su época de floración; es importante elegir una variedad que vaya a florecer cuando las temperaturas estén sobre cero, caso contrario las flores se helarán y se perderá la producción.
Algunos frutales, por su parte, necesitan pasar un determinado número de horas de frío al año para fructificar; es el caso de muchos frutales tradicionales de nuestro entorno: cerezos, manzanos, perales, melocotoneros, avellanos, albaricoqueros… Por ejemplo, un manzano no dará frutos si no ha pasado al menos unas 800 horas a menos de 7 grados. En este caso, no interesaría plantar un manzano en Andalucía o Canarias.
Pero, además, en el éxito de un árbol frutal intervienen muchos otros factores: microclimas, orientación, cantidad de cal en el suelo, drenaje del sustrato, etcétera.
En términos generales, los frutales que mejor se dan por regiones en España son:
• Norte atlántico:
Prácticamente todas las rosáceas: manzano, ciruelo, níspero, melocotonero. Frutos del bosque: arándano, grosellero, frambueso. Higueras, limoneros (no en zonas altas) y kiwis (en microclimas suaves). Frutos secos: avellanos, nogales, castaños.
• Centro:
Ciruelos, perales y membrilleros se dan muy bien en Madrid; los melocotones, en Aragón; los cerezos en el Jerte, en el valle del Ebro y Jiloca (Teruel). También los frutos secos, higueras, granados y vid.
• Mediterráneo:
Entre las rosáceas se dan bien las que menos horas-frío necesitan: ciruelos, almendros, nísperos, albaricoqueros, melocotoneros. Y también higueras, granados y cítricos en general.
• Áreas subtropicales de Andalucía y Canarias:
Higueras, plataneras (Canarias), aguacates, kiwis, kakis, mangos, chirimoyos, cítricos en general, granados.
CUIDADOS DE LOS FRUTALES
A la hora de comprar un frutal es importante elegir una buena planta; en tu centro de jardinería obtendrás calidad y asesoramiento. Debes fijarte en la proporción grosor/altura del tronco: es mejor un árbol más bajo pero más grueso que uno más alto y muy fino. Comprueba que las raíces no están espiralizadas, es decir muy enrolladas dentro del cepellón, señal de que ha estado mucho tiempo sin trasplantarse; esta planta tenderá a ser menos estable frente al viento. Revisa también que las raíces no sobresalgan del tiesto o que exhiban signos de pudrición por exceso de riego.
LA PLANTACIÓN
Antes de plantar ten en cuenta el porte de madurez que tendrá el árbol, y elige en consecuencia un marco de plantación que le permita crecer.
• Exposición:
Un sitio soleado es lo más adecuado en la mayoría de los casos.
• Cuándo plantar:
Se recomienda evitar que sea época de floración, brotación, heladas o grandes calores. Una helada en el primer año de plantación puede dañar el aparato radicular. Según la especie, el mejor momento puede ser cuando se acaban las heladas fuertes, pero antes de que se empiece a mover la savia; en ese caso, febrero es una época de referencia en la mayor parte de la Península. En zonas más cálidas se puede plantar en pleno invierno.
• El hoyo:
Se debe hacer un agujero bien ancho, no solo el justo para que entre el cepellón. Es importante asegurarse de que cuenta con buen drenaje, caso contrario es mejor cambiar de emplazamiento o (más complicado) canalizar el agua hacia otra zona del huerto. Se debe colocar una capa de grava en el fondo del hoyo; es clave evitar el encharcamiento.
• Sustratos:
La tierra que rodea el árbol debe ser de la mejor calidad. Si el suelo es demasiado calizo lo notarás en que las hojas se vuelven amarillas y los nervios muy verdes (clorosis); en este caso se recomienda aplicar quelatos de hierro. Si por el contrario el suelo es muy ácido es recomendable hacer una enmienda orgánica con estiércol y tierra arcillosa; también puede ser conveniente realizar una enmienda caliza para subir el pH.
• El agua:
El riego que recibe el césped puede resultar excesivo para muchos frutales haciendo que la fruta tenga menos sabor. Además, si los aspersores mojan demasiado las hojas puede favorecer la aparición de enfermedades fúngicas. En lugares de alto riesgo de heladas en primavera no conviene plantar frutales sobre el césped.
EL MANTENIMIENTO
• Abonado:
Se suelen hacer abonados pobres en nitrógeno en otoño y abonados más ricos en este elemento al principio de la primavera. Si la tierra es muy ácida retendrá menos nutrientes; se recomienda en ese caso abonados poco intensos y más frecuentes.
• Chupones:
Se deben identificar y eliminar los chupones, que son ramas que nacen con mucho vigor y un mayor grosor, no dan fruta y le quitan fuerza a la planta.
• Poda:
Se trata de todo un arte. Sería interesante aprender a podar antes de aventurarnos a cortar ramas. Se suele decir que es mejor no podar que una mala poda. En todo caso, bastaría con eliminar la madera muerta.
• Aclareo:
También es importante asesorarse sobre cuándo y cómo se deben descargar las ramas del exceso de frutos; depende mucho del tipo de frutal. Se busca conseguir una cosecha de mejor calidad y evitar la rotura de las ramas por exceso de peso.
LAS PLAGAS
• El pulgón:
Es la plaga más común y debilita al árbol año a año; si se controla a las hormigas, que son las que traen y llevan al pulgón, se habrá ganado parte de la batalla. Un tratamiento directo es pulverizar a presión sobre los pulgones jabón de potasa.
• Aceite de invierno:
Durante el invierno, cuando el árbol está a savia parada, se suele tratar con aceite de invierno para eliminar lo que hiberna en la corteza (ver Agenda del jardín).
• Período de seguridad:
Si se aplican fitosanitarios es muy importante cumplir con las indicaciones del fabricante, y respetar escrupulosamente el período de seguridad antes de consumir la fruta.