Seguramente alguna vez has trabajado o has visto el mantillo. Desde pequeño te enseñan que el mantillo es esencial para la materia orgánica del suelo y que sirve como un abono. Nada más lejos de la realidad, el mantillo es un tipo de abono orgánico que ofrece unas características excepcionales al suelo sobre el que se vierte que ayuda no sólo a mejorar la calidad de los cultivos, sino a la estructura del suelo y los nutrientes que la planta recibe. Si alguna vez has usado mantillo o quieres empezar a utilizarlo, aquí te vamos a contar los aspectos más importantes a tener en cuenta.
¿Quieres aprender más cosas sobre el mantillo? Sigue leyendo 🙂
Características principales
El mantillo tiene diversos beneficios para el suelo donde se abona ya que mejora la calidad de los nutrientes que obtienen las plantas y, por ello, crecen con mejor calidad. No hay mejor aporte que un abono natural y que podemos encontrarlo en la propia naturaleza. Ayuda a evitar el crecimiento de malas hierbas y esto, junto con el resto de beneficios, hace reducir las tareas de labor y mantenimiento en los jardines y huertos donde haya cultivos.
La característica principal que tiene el mantillo es el incremento de materia orgánica que proporciona en el suelo. Al tener una textura cargada de nutrientes y más compactada, es capaz de retener el agua en la tierra y no dejar que se endurezca por el calor que sufre en verano. Cuando las precipitaciones disminuyen y aumenta el calor en verano, lo más normal es que el suelo acabe compactándose ya que no tiene ningún aporte de agua. Este secado provoca un cambio en la textura y dificulta tanto la extensión y el crecimiento de las raíces como la incorporación de nutrientes a la planta.
El mantillo consigue evitar estas situaciones reteniendo el agua y la humedad. Es esencial para aquellas plantas que necesitan el sustrato húmedo la mayoría del tiempo. Se podría decir que, de una forma general, el mantillo consigue mejorar todos los aspectos del suelo para aumentar su calidad y su valor para el cultivo.
Ventajas del uso del mantillo
Con su uso se obtienen diversas ventajas que resumimos aquí:
- Mantiene la humedad en el sustrato . Esto es esencial para plantas que requieren de humedad de una forma continua. De esta forma no debemos preocuparnos tanto del riego y de mantener húmedo el sustrato ya que el mantillo lo hará por nosotros.
- Mantiene una mejor temperatura. Uno de los factores más complicados a la hora de mantener sanos los cultivos es el cambio de temperatura. Dependiendo del clima en el que nos encontremos, la estación del año y la meteorología que haya en el momento, podemos toparnos con temperaturas que afecten a los cultivos. El mantillo ayuda a crear una especie de micro clima para regular la temperatura y la hace más fresca en verano y más cálida en invierno. De esta forma, tenemos regulada la temperatura para que los cultivos no sufran estos cambios bruscos.
- Durante la época del invierno ayuda a que las heladas no lleguen hasta las raíces y las debiliten o acaben matando a la planta.
- Nos ayuda a que haya menos malas hierbas en el terreno.
- Su descomposición es muy lenta, por lo que el aporte de nutrientes es progresivo y no instantáneo. Es perfecto para que las plantas vayan utilizando sus nutrientes poco a poco conforme les hacen falta.
- Evita que el sustrato se compacte al retener el agua.
¿Cuándo se debe usar?
El mantillo se usa hoy en día en numerosos cultivos y tipos de suelo . Es perfecto para enriquecer aquellos suelos más pobres y degradados. Gracias a su aporte de materia orgánica extra y su ayuda en la retención de agua y humedad, los suelos más degradados pueden sostener más cantidad de vegetación para, poco a poco, restaurar los valores ecológicos que tenían antes.
El mantillo también es bueno para ayuda en temas de contaminación, aunque primero necesita de un estudio de las condiciones del suelo. Son muchas las personas que se preguntan cuál es el uso óptimo del mantillo para mejorar la calidad de los cultivos. El mejor momento para aplicarlo es la época de final de primavera y principios de verano. En esta época del año, el sustrato comienza a notar el aumento de las temperaturas y la llegada del duro y seco verano. Por ello, lo ideal es que se use sobre una tierra que esté húmeda para que la absorción de nutrientes sea plena.
El mantillo es el aporte de nutrientes de la tierra y necesitará de algunas tareas de mantenimiento como remover la tierra de vez en cuanto para evitar la aparición de plagas. Además, remover el mantillo de una forma regular nos ayuda a airear el suelo.
Tipos de mantillo
No sólo hay un tipo de mantillo, sino que hay varios. Cada tipo de mantillo se ajusta a unas condiciones de suelo en las que trabaja mucho mejor. Veamos los diferentes tipos de mantillo y las características de cada uno:
- Mantillo de tierra . Son aquellos que están compuestos de césped de prado y parecen el suelo de un jardín. Son capaces de retener el agua bastante bien y se recomiendan para aquellas zonas que tienen árboles y arbustos.
- Mantillo para ericáceas . Este tipo de mantillo es perfecto para aquellos suelos que tiene un pH muy bajo. En suelos calcáreos vienen muy bien para mejorar la adaptación de muchas plantas.
- Mantillos comerciales. Estos se hacen de cactus y otras plantas alpestres. Al estar compuesto de una manera comercial, cuentan con gran cantidad de gravilla que sirve para tener un buen drenaje en el suelo. Funciona muy bien en suelo más compactados cuyo drenaje y aireación está deteriorado.
- Mantillo sin tierra. Están compuestos por turba y, al no tener tierra, son bastante ligeros y limpios. Tienen menos nutrientes que los anteriores, pero es perfecto para aquellas plantas que no duran mucho.
Como pueden ver, el mantillo es un abono especial que hay que añadir a los suelos para obtener todos sus beneficios.