Cosecha tus propios frutos secos
Los frutos secos, un alimento apreciado desde siempre por sus grandes propiedades nutritivas y su larga conservación, están viviendo un auge en los últimos años al calor de una demanda que los ha convertido en una inversión sumamente rentable. Muchos de ellos, viejos conocidos del entorno rural de nuestros abuelos, son de fácil cultivo.
Todos los años, hacia finales del invierno, el almendro brinda su impresionante floración antes de que broten las hojas. A su capacidad productiva se une su belleza. Foto: iStockALMENDRO
(Prunus dulcis)
El almendro tiene su origen en Oriente Próximo, desde donde llegó a la península Ibérica en los barcos fenicios. Es una especie muy dura, que se adapta bien al clima mediterráneo. Resiste bien la sequía y todo tipo de terrenos, aunque los prefiere sueltos y con buen drenaje. Es uno de los frutales de la familia de las rosáceas que menos horas-frío necesita para fructificar (más abajo te contamos qué son las horas-frío). Cada año, hacia finales del invierno, brinda su impresionante floración antes de que broten las hojas, lo que lo convierte además en un interesante árbol ornamental.
La almendra, ingrediente imprescindible de muchas de las recetas de nuestra repostería tradicional, es un fruto rico en aceites y vitaminas, entre ellas la E. La maduración tiene lugar, según variedades, entre finales del verano y principios del otoño. La apertura de la parte carnosa del fruto da la señal de que ya se pueden cosechar. Conviene tenerlos un tiempo secando para facilitar su conservación.
Algunos de los cultivares más comunes de almendro son:
• ‘Mollares’:
Variedad de cáscara blanda, más fácil de abrir, aunque con el riesgo de una mayor sensibilidad a los ataques de hongos e insectos.
• ‘Guara’:
De cáscara dura, muy extendido en los últimos años por ser autofértil. Es de floración tardía y por lo tanto capaz de salvar la producción de las heladas.
• ‘Largueta Desmayo’:
Debe su nombre a su ramaje caedizo. Se trata de una variedad tradicional de fruto alargado y cáscara dura, de floración temprana.
PISTACHO
(Pistacia vera)
El pistacho o alfóncigo es un árbol nativo de las zonas montañosas de Asia Occidental y Grecia que produce uno de los frutos secos más apreciados del mundo. En España puede cultivarse en la meseta, no así en las zonas costeras, ya que necesita bastantes horas-frío para fructificar y sequedad para que se abra la cáscara. En general se asienta bien en las zonas de olivo y almendro. A pesar de que puede vivir en climas semiáridos, para aumentar la producción es conveniente regarlo en la época de generación del fruto.
Es muy importante tener en cuenta que el pistacho es un árbol dioico, es decir, los pies femeninos dan fruto y los masculinos solo polinizan. Además, la polinización se lleva a cabo solo por el aire, de modo que al cultivar pistachos será necesario plantar algún pie macho y, a poder ser, en la línea de los vientos dominantes.
El pistacho florece entre abril y mayo y el vistoso fruto madura bien entrado el verano. Una vez cosechados se deben dejar secar un tiempo al sol antes de degustarlos. Recuerda que el pistacho, como el olivo, tiene una fuerte tendencia a la vecería: pueden dar mucha producción un año y poca al siguiente.
AVELLANO
(Corylus avellana)
El avellano es un arbusto grande de climas templados —en España aparece sobre todo en la mitad norte— que puede alcanzar los cinco metros de altura. Es una planta rústica que no requiere cuidados especiales, aunque no debe faltarle agua, ya que es sensible a la sequía. Su fruto, la avellana, tiene un alto contenido en aceites, lo que hace de él un sabroso y energético alimento. Madura entre agosto y septiembre. Desde siempre se ha plantado en las lindes de las fincas por su abundante follaje, sus frutos y su madera resistente y flexible.
Existe una variedad ornamental, el Corylus avellana ‘Contorta’, de llamativas ramas retorcidas (foto en la columna de la derecha). El cultivar ‘Red Majestic’ tiene hojas purpúreas.
En la forma tradicional de cultivo se desmocha la planta cuando es joven para que produzca numerosas y largas varas, que se van sustituyendo por otras más jóvenes a medida que las primeras envejecen y pierden productividad.
NOGAL
(Juglans regia)
El nogal es un árbol de gran tamaño y potente sistema radicular no apto para huertos pequeños, pero magnífico y de gran lucimiento si dispone del espacio adecuado para crecer. Se ha cultivado tradicionalmente tanto por su fruto como por su madera de excelente calidad. Se adapta bien a los climas ibéricos, pero si no dispone de precipitaciones suficientes es aconsejable plantarlo cerca de algún curso de agua.
Al ser un árbol de grandes proporciones se puede esperar a que vayan cayendo los frutos, puesto que están destinados a un consumo doméstico. Una vez recogidas las nueces se deben dejar secar un tiempo para asegurarse de que su contenido en agua sea menor y se conserven mejor. A partir del otoño se puede disfrutar en abundancia de este saludable fruto, rico en ácidos grasos Omega 3.
¿QUÉ SON LAS HORAS FRÍO?
Son el número mínimo de horas de frío (normalmente por debajo de 7º) que necesitan algunas especies de climas templados para romper la dormancia invernal y florecer y fructificar adecuadamente.