Orugas

Uno escribe y escribe sobre plantas y las plagas se repiten una y otra vez. Esto sucede porque muchas especies son amenazadas por una variedad de bichos e insectos que encuentran en las plantas su fuente de vida.

Por todo esto es que hoy nos dedicamos a las plagas más frecuentes de las plantas , para tenerlas en cuenta cuando descubrimos los primeros síntomas de un ataque.

Si bien las plantas sufren una gran cantidad de plagas y enfermedades, algunas son muy populares y es por eso que nos dedicamos a descubrirlas y así controlarlas o evitar que aparezcan.

Afidio y gusano de la col

Gusano de la col

Si alguna vez has investigado sobre esta temática es probable que hayas escuchado la palabra Afidio . Se trata de una plaga conformada por varias especies que tienen dos rasgos en común: el cuerpo en forma de pera y antenas muy largas. Esta plaga daña a las plantas al absorber la salvia, debilitándolas. Por otra parte, la vaia comienza a caer por las hojas y genera una atmósfera húmeda, lo que da lugar a la aparición de moho.

Si tienes plantas frutales u hortalizas, es común la presencia de Afidios . Para atacarlos hay varios métodos, desde la pulverización con productos repelentes hasta la aplicación de aceite de horticultura o pimienta caliente.

Como su nombre lo indica, el gusano de la col ataca a esta hortaliza. Es una plaga muy frecuente y por eso hay que estar atentos. Los gusanos afectan las raíces de las plantas y lo mejor para prevenir su ataque es colocar cenizas de madera, parásitos nematodos alrededor de las raíces o cubrir los cultivos.

Orugas y caracoles

Caracoles

Las orugas también están entre las plagas más comunes de las plantas. Las orugas nacen de la mariposa o la polilla que ponen sus huevos en la planta y a los pocos días salen a la luz. Atacan las plantas pues la gran mayoría son polífagas , es decir que se alimentan de las plantas . Es común que ataquen a hortalizas como la espinaca, el perejil, la ruda, las patatas, los tomates y las lechugas, entre otras, aunque algunas orugas pueden atacar a toda una familia (por ejemplo, la familia solanáceas, de la cual forman parte los pimientos, tomates, berenjenas y patatas). Los síntomas que se advierten son pequeños agujeros en las hojas de las plantas. Al revisarla, es común encontrarlas en la zona de los tallos y en la parte de abajo de las hojas.

Algo similar ocurre con los caracoles , que aunque parecen vivir en armonía, en realidad se alimentan de las plantas y así dejan huella de su paso también a través de una serie de pequeños orificios en las hojas. Para evitar su ataque, puedes recurrir a un truco sencillo: colocar cáscara de huevo en la planta pues a los caracoles no les gusta caminar en superficies irregulares y puntiagudas.


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