Los cactus son plantas suculentas pertenecientes a la familia Cactaceae y geográficamente son originarias de forma exclusiva del continente americano. Hay teorías que refieren esta exclusividad a que los cactus se habrían formado hace unos 80 millones de años, después de la separación de África y Sudamérica, por esta razón no existían en los otros continentes hasta el descubrimiento de América.

Intentaremos explicar algunos datos que te ayudarán a reconocer tu cactus y entender su anatomía y características.

Para identificar un cactus deben considerarse cuatro características principalmente:

  1. Lugar donde crece, su hábitat y rango.
  2. Características de su tallo(s)
  3. Tipos, números y color de las espinas
  4. Apariencia de sus flores, y a veces sus frutos y semillas.

Forma de los tallos

La mayoría de los cactus tienen tallos suculentos, con diferentes formas. Hay tallos cilíndricos o columnares, globosos y aplanados.

Los tallos suculentos, globosos o cilíndricos, de la subfamilia Cactoideae como no tienen hojas, permanecen verdes por años y algunos toda la vida, ya que deben encargarse de la fotosíntesis, función que normalmente realizan las hojas en las otras familias de plantas. La subfamilia Pereskioidae, no posee tallos suculentos, son sus hojas, como en otras plantas las que realizan la labor de la fotosíntesis. En algunos cactus epífitos (que viven sobre los árboles) como  Epiphyllum, Rhipsalis y Pseudorhipsalis, los tallos son aplanados y tienen forma de hojas.

Cactus con o sin costillas

Las costillas son unas aristas que sobresalen en los tallos y que son muy importantes porque les permiten absorber gran cantidad de agua en
época de lluvias y aumentar su volumen sin que la epidermis se dañe.

Las costillas sólo están presentes en la subfamilia Cactoideae y excepcionalmente en la especie Grusonia bradtiana, dentro de las Opuntioideae .

El número de costillas varía desde dos (Epiphyllum, Rhipsalis, Pseudorhipsalis) a más de 100 en el caso de Stenocactus multicostatus de México e incluso su número puede variar ligeramente en los tallos de una misma planta.

En algunos casos, las costillas están cortadas por surcos horizontales y se forman unos bultos que se llaman tubérculos los que también permiten a los tallos dilatarse y contraerse sin daño superficial (Mammillaria, Coryphantha).

Epiphyllum phyllanthus mit Frucht.jpg
Las ramas aplanadas como hojas de Epiphyllum phyllanthus tienen dos costillas.

By PierreBraun Own work , CC BY-SA 4.0 , Link

Las raíces de los cactus

Las raíces de los cactus son generalmente muy ramificadas, ramificaciones que se extienden muy superficialmente adaptadas para aprovechar las lluvias ligeras o la humedad que se deposita en el suelo (Haageocereus pacalaensis subsp. repens). Algunas especies tienen raíces engrosadas, en forma de nabo, lo que les permite almacenar agua y almidones (Pygmaeocereus bylesianus).

Las areolas de los cactus

Las areolas son estructuras afelpadas, exclusivas de los cactus, donde van a aparecer las espinas, los pelos, las hojas, las flores, las ramas y los frutos. Las areolas no están presentes en otras familias de plantas. El nombre se ha tomado de la anatomía humana, ya que la areola es esa zona circular más oscura que rodea al pezón, en el pecho de hombres y mujeres.

Las areolas de Echinopsis pachanoi son pequeñas y hundidas y sus espinas muy pequeñas, por eso sus ramas son ideales como porta-injertos. Las areolas de Lophophora williamsii no tienen espinas, sólo un grupito de pelos.

Las espinas de los cactus

Las espinas nacen de las areolas y son muy variables en tamaño, color y forma.  Generalmente son duras y fuertes, pero también pueden ser delgadas y flexibles como cerdas e incluso como pelos (Espostoa, Oreocereus). Algunos pocos cactus no desarrollan espinas (Lophophora, Cintia y algunos cactus epifítos). Se considera que las espinas son hojas modificadas.

Algunas otras familias de plantas también tienen aguijones o espinas como  las rosas, o en suculentas como el Agave, Aloe y las Euphorbias, pero no nacen de areolas como es el caso de los cactus.

Las funciones de las espinas son varias y muy importantes:

  • Protegen los tallos suculentos de ser comidos por los herbívoros.
  • Dan sombra a los tallos y reflejan la luz solar.
  • Crean un microclima alrededor de los tallos para combatir el excesivo calor.

Pueden ser muy largas, de más de 20 cm. o muy pequeñas. Pueden ser cilíndricas, cónicas, rectas, aplanadas, curvas, en gancho o
cubiertas por una funda (Cylindropuntia) y hay una indudable influencia de la luz y de las condiciones de cultivo en el tamaño de las espinas.

Las espinas de cactus pueden ser muy largas, como es el caso de Corryocactus brevistylus que pueden alcanzar los 25 cm. de longitud. Por otra parte, Opuntia microdasys, cuyas areolas no llevan espinas, sólo gloquidios.

Los gloquidios en los cactus

Los gloquidios sólo están presentes en la subfamilia Opuntioideae y son unas espinitas muy pequeñas y abundantes, que se quiebran fácilmente de la base y se adhieren a la ropa o la piel al manipularlas. También se llaman espinas barbadas.

Los tricomas en los cactus

Los tricomas son básicamente los pelos de los cactus.  Se encuentran en mayor o menor proporción en las areolas y en el punto de crecimiento apical (meristemo) de los cactus. Son de color blanco o marrones y cambian a gris con el tiempo. A su conjunto se llama pubescencia.

Las flores en los cactus

Todos los cactus dan flores, son flores efímeras, es decir que son de corta duración, un día o sólo una noche, excepcionalmente dos o más días y además sólo florecen las plantas adultas y se tarda varios años en llegar a esta condición, pero cuando empiezan a florecer los cactus, lo hacen todos los años, generalmente en verano o en primavera y en gran cantidad.

Son vistosas y coloridas para atraer a los polinizadores diurnos (abejas y picaflores) o grandes, blancas y fragantes para atraer a los polinizadores nocturnos (murciélagos, mariposas nocturnas o polillas). Por eso existe tal variedad de formas, tamaños y colores en las flores de cactus, que las hacen tan atractivas para los cultivadores.

En algunos géneros de cactus las flores aparecen sólo en una zona especial llamada cefalio, que es una mata de pelos y cerdas, que puede ser terminal o apical en los cactus globosos (Melocactus) o lateral en los cactus columnares (Espostoa).

Por la constancia de sus características, las flores son importantes para la clasificación de los géneros y especies de la flora en general y de los cactus en particular.

Las hojas en los cactus

Si bien la mayoría de cactus carece de hojas o son sólo un rezago anatómico, en la subfamilia Cactoideae, la subfamilia Pereskioideae sí las tiene y son normales, con nervaduras, no suculentas y abundantes, aunque caducas, es decir que las pierden durante cierta época del año. En la subfamilia Opuntioideae las hojas están modificadas, son algo suculentas, sin nervaduras y variables en forma y tamaño.

Frutos y semillas en los cactus

Los frutos de los cactus, como las flores, pueden tener areolas con espinas, cerdas o pelos en su superficie. En su gran mayoría los frutos son bayas jugosas, comestibles, excepto en los casos que son cápsulas o frutos secos (Matucana, Oroya). Todos los frutos de cactus tienen una sola cavidad que contiene las semillas y los funículos carnosos y dulces que forman la pulpa.

Tuna. Fruta de Opuntia
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Las tunas, fruto de las Opuntias son los frutos de cactus más conocidos y cultivados no sólo en América, sino a nivel mundial como fruta comestible.

Las semillas de los cactus tienen dos cubiertas protectoras. Su forma y tamaño varían mucho en relación a los géneros y especies. Las hay en forma de coma (Hylocereus), de urna, de sombrero, aladas (Pterocactus). El tamaño promedio de las semillas de Cactoideae va de 1 a 3 mm; en Pereskioideae de 4 mm. y en Opuntioideae tienen 5 o más mm. Los colores van de castaño claro a negro y la textura de la superficie es útil para la clasificación. En Opuntioideae las semillas están cubiertas por una envoltura funicular llamada arilo que puede ser dura o blanda de acuerdo a los géneros.

Nota: En términos muy generales podemos decir que en los cactus la suculencia se da en los tallos, mientras que las “otras” suculentas (Crasuláceas, Aizoáceas, Euphorbiáceas, etc.) almacenan el agua en las hojas. Pero no siempre es así, hay Euphorbias suculentas que presentan algunas características comunes con los cactus como son: tallos columnares suculentos, espinas y costillas, aunque provienen de otro continente (África).

Sabemos que los cactus tienen areolas y de ellas salen las espinas, las que podemos retirar sin dañar la planta, en cambio en las Euphorbias, que no tienen areolas, al arrancar un aguijón, se produce una pequeña herida y la planta pierde un látex blanco, lechoso, sumamente irritante de piel y mucosas, por lo que debemos ser muy cuidadosos al manipularlos.

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