Si esta mañana hablamos de un árbol extraordinario, vamos a seguir deleitándonos con la belleza de, esta vez, unas flores que sabemos te encantarán. Son perfectas para tener en maceta, en jardineras junto con otras plantas similares, e incluso en el jardín creando así un espectáculo de colores durante el verano.
Sigue leyendo para saber cómo cuidar las dalias.
Las dalias son originarias, principalmente de América del Norte, concretamente de México. Son unas plantas muy preciadas por los amantes de las plantas debido a la gran variedad de colores y formas de sus flores, y es que se estima que hay alrededor de 20 mil cultivares en el Registro Internacional de las Dalias. Alcanzan una altura de entre 30 y 100cm, característica por la cual podrás tenerla donde más te guste.
Estas plantas son amantes del sol, por lo que no crecerán bien en lugares con sombra o semisombra. También puedes tenerla en interior siempre y cuando la estancia sea muy luminosa y le pueda dar unas 3-4 horas de luz directa (o a través de una ventana).
Durante la primavera empezarás a encontrar en viveros y tiendas de jardinería bulbos de estas preciosas flores: es en este momento cuando puedes proceder a plantarlos en maceta o directamente en tierra. Si optas por la primera opción, proporciónale un sustrato que esté compuesto por turba negra y perlita: así te asegurarás de que no le faltará de nada. Los bulbos han de estar a una profundidad de unos 10cm, ya que de lo contrario su desarrollo no será óptimo.
Abona tu dalia durante toda la temporada , y conseguirás una mayor cantidad de flores. Utiliza para ello un abono especial para plantas de flor, o abonos naturales como humus de lombriz o guano.
Y, en cuanto al riego, éste tendrá que ser frecuente , pero evitando que la tierra permanezca encharcada. Si tienes dudas de si necesita agua o no, comprueba la humedad del sustrato introduciendo un palito delgado de madera. Si al extraerlo ves que ha salido prácticamente limpio, tendrás que darle agua.
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