El almendro , cuyo nombre científico es Prunus dulcis , es un árbol frutal cuyo origen se encuentra en Asia central. Se ha naturalizado, sin embargo, por todo el mediterráneo.
Es un árbol de mediana altura, apto jardines pequeños , ya que no sobrepasa los cinco metros y, además, soporta bien la poda, pudiéndose así controlar su crecimiento con bastante facilidad.
Su crecimiento es bastante rápido. Sus hojas, lanceoladas, de color verde y de unos 5cm de longitud, se comportan como caducifolias, es decir, que caen en invierno. Las flores presentan cinco pétalos, los cuales pueden ser de color blanco o rosado.
Es un árbol que florece en primavera. Pero si las condiciones climáticas lo permiten, la floración se puede adelantar al invierno (hacia finales de enero en el hemisferio norte) pero si eso ocurriese, normalmente estas flores no logran ser fertilizadas debido a la climatología que presenta el mes de febrero, en el cual puede haber escarchas o heladas ligeras que hacen que se marchiten. Así, al almendro no le queda otra que florecer una segunda vez después de que pase el frío.
En el jardín se puede utilizar como ejemplar aislado, en grupos, o en alineaciones con otros almendros u otras especies. Es un árbol muy ornamental, especialmente cuando está en flor, que no dará ningún problema. Y eso, sin contar con que sus pétalos , al caer, visten el suelo de una manera espectacular (ver foto inferior).
Si se quiere, se puede plantar alguna planta trepadora de pequeñas dimensiones (o, en su defecto, de crecimiento controlable) para que trepe por el árbol.
No es exigente. Pero vivirá mejor en climas templados-cálidos, con heladas muy ligeras, y en terrenos calizos. Resiste perfectamente la sequía cuando es adulto (los que ves en las fotos viven con 350 litros anuales). Es uno de los frutales que menos horas de frío necesita para lograr dar fruto.
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Más información – Tipos de poda de árboles frutales
