La poda tiene muchos beneficios en las plantas. En la naturaleza, el viento y la caída de otras plantas más grandes se encargan de aclarar el ramaje de todas ellas. Pero en cultivo las ramas crecen y crecen, sin que nadie las controle, lo cual puede ser perjudicial, ya que al no entrar tanta luz hacia el interior de las mismas, hay menor actividad fotosintética, es decir, menos crecimiento.
Cuando se trata de cultivar árboles frutales, esta tarea es más importante si cabe, puesto que con ella se pretende conseguir frutos de excelente calidad procedentes de plantas sanas. Así pues, sepamos cuándo se podan los ciruelos .
El ciruelo, conocido con el nombre científico Prunus domestica , es un árbol de tamaño medio que crece hasta los 6-7 metros de altura y que se puede cultivar en climas templados, en lugares donde la temperatura mínima sea de -7ºC. Es un árbol frutal muy rústico y adaptable, que podemos plantar incluso en suelos calizos. Pero para obtener unos frutos deliciosos, se ha de podar de vez en cuando .
Las épocas más recomendadas son en invierno , la cual se conoce como poda de invierno, y en primavera-verano , conocida como poda verde. Veamos en qué se diferencian y qué se pretende conseguir con ellas.
Poda de invierno
Como su propio nombre indica, se realiza en los meses fríos del año, preferiblemente al comienzo de la estación, cuando las hojas empiecen a caer. Con ella lo que se busca es formar la estructura del árbol , por lo que será la más importante que haremos.
La manera más recomendada de hacerla es realizando un corte liso, en ángulo torcido y dejando un tocón , es decir, unos centímetros desde la base.
Poda verde
Con esta poda lo que se pretende es eliminar las ramas que ya no fructifiquen, las que estén débiles y las que se hayan torcido . También se han de quitar las que crezcan demasiado erectas, ya que así se obligará a la planta a sacar ramas laterales.
De esta manera, podremos disfrutar del auténtico sabor de las ciruelas 🙂 .