Acabas de comprar un árbol frutal , cuyo cepellón está protegido con una bolsa. ¿No sabes cómo se trasplanta a maceta? No te preocupes. Es muy sencillo de hacer, y no le haremos ningún daño al árbol.
Te lo mostramos a continuación.
Lo primero de todo que necesitarás hacer es prepararlo todo. Vamos a ello.
Herramientas
-Sustrato
En el mercado hay gran variedad de sustratos. Para los frutales es recomendable usar uno que ya esté abonado . En todo caso, también podremos hacer nosotros mismos la mezcla.
Por ejemplo, podremos usar estos porcentajes: 70% de turba negra, 20% de perlita (o de cualquier otro material drenante), y un 10% de abono orgánico tipo humus de lombriz o estiércol.
-Maceta
Si tenemos intención de cultivar el árbol frutal siempre en maceta, o vamos a tener pocos frutales, podremos escoger aquellas que son de barro. Son muy decorativas, y, por su propio peso, si vivimos en una zona ventosa, será muy difícil que el árbol pueda caer. Pero, si el día de mañana queremos trasplantarlo a suelo, o queremos ampliar nuestra colección de frutales, escogeremos las de plástico. Son más económicas y, en el caso de que en un futuro el árbol vaya a estar en suelo, nos facilitará en gran medida el trasplante.
En todo caso, la maceta ha de ser grande , para que el árbol pueda desarrollarse adecuadamente. Por ejemplo, la de la foto mide 45cm de diámetro.
-Regadera, con agua
Por supuesto, no podía faltarnos la regadera llena de agua . La utlizaremos después de cada trasplante.
El agua no ha de estar ni muy fría ni muy caliente, templada. Puede estar a temperatura ambiente si vivimos en una zona cuyas temperaturas mínimas no son muy bajas.
Y ahora, el paso a paso
Bueno, ahora que tenemos todo preparado, vamos a proceder a trasplantar a nuestro arbolito, que en este caso, es un caqui.
-Primer paso, quitar la bolsa
Como vemos, la bolsa está cerrada con un alambre. Tendremos que desenrollarlo (normalmente en sentido contrario a las agujas del reloj) para poder sacarla.
Una vez quitado el alambre, quitar la bolsa es mucho más fácil. Cogeremos al árbol por el tronco con una mano, y con la otra le sacaremos la bolsa.
Después, echaremos un poco de sustrato en la maceta, introduciremos con cuidado el árbol, y echaremos más sustrato para terminar de trasplantarlo.
La rejilla blanca que se ve, se deja puesta. Ya que si se la quitásemos, el cepellón podría desmoronarse y causar daño a las raíces.
Por último, regaremos abundantemente, dejando el sustrato bien húmedo.
Y ahora sí, ya tenemos nuestro frutal trasplantado. Si hiciera falta, echaríamos más sustrato.
Lo único que nos queda es elegir un buen sitio para él. Ha de tener sol directo, pero estar resguardado de los fuertes vientos.
Para zonas ventosas, o para aquellos árboles que van a estar expuestos, podremos colocar piedras como se ve en la foto superior.
Es una medida que podemos tomar para evitar que la maceta caiga al suelo tras un fuerte vendaval, por ejemplo. En primavera se las quitaremos para asegurarnos de que los rayos solares puedan llegar bien a todo el cepellón de raíces, y la planta pueda crecer adecuadamente.
Con estos sencillos pasos, conseguiremos que el trasplante de frutales sea una tarea muy agradable y entretenida , incluso para los más pequeños de la casa.