El pino limonero es una de esas coníferas que quedan tan bien en cualquier jardín y es tan fácil de cuidar que somos muchos los que nos animamos a adquirir uno. Sin embargo, los problemas pueden aparecer rápido cuando nuestro querido ejemplar recibe más agua de la que necesita, o se coloca en un sitio que no es el más adecuado.
Hojas que se vuelven marrones, detención del crecimiento… y al cabo de un tiempo, la planta termina en el montón de compost. ¿Qué hacer para evitarlo? La respuesta es tan sencilla como complicada: descubrir sus necesidades . Así que vamos allá.
Origen y características

Nuestro protagonista es una variedad del Cupressus macrocarpa , el cual es originario del sudoeste de los Estados Unidos y puede alcanzar una altura de 30 metros . Popularmente se le llama como ciprés de Monterrey, goldcrest, pino limonero, pino limón o ciprés de California. Su porte es más o menos columnar, y sus hojas son perennes, de color verde-amarillento. El fruto es redondeado, de unos 2-3cm de diámetro, grisáceo al madurar.
Su ritmo de crecimiento es medio-rápido, lo que significa que puede crecer unos 30cm/año de media, algo que no está nada mal.
¿Cuáles son sus cuidados?

Si quieres tener un ejemplar, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
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Ubicación
: ha de estar en el exterior, a ser posible a pleno sol.
No se adapta a vivir en interior. -
Tierra
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- Jardín: crece en todo tipo de suelos, por lo que no es exigente.
- Maceta: rellenar con una mezcla de mantillo, perlita y arlita a partes iguales.
- Riego : unas 2 o 3 veces por semana en verano, algo menos el resto del año.
- Abonado : durante toda la temporada de crecimiento (desde primavera hasta verano) con abonos caseros .
- Multiplicación : por semillas en primavera.
- Rusticidad : resiste heladas de hasta los -10ºC.
¿Qué te ha parecido el pino limonero? ¿Te gusta?