El arce japonés es una maravilla. Originario de Asia Oriental, tiene un porte y una elegancia increíbles. Su valor ornamental es tan alto, que es fácil que cualquiera se enamore, casi literalmente, de esta planta. Hay muchas variedades y cultivares, y cada cierto tiempo surgen de nuevos, algo que sencillamente nos vuelve locos 😉 .
¿Te has planteado tener algún ejemplar? Si es así, a continuación te explicaré cómo cuidar un arce japonés en maceta .
¿Qué necesita el arce japonés?
Antes de comprar uno es muy importante que se tenga en cuenta lo siguiente:
- Es un árbol o arbusto que necesita un clima templado . Para poder sobrevivir y crecer debidamente es esencial que haya las cuatro estaciones bien diferenciadas, y que en invierno la temperatura baje en algún momento de los 0º. En climas cálidos o tropicales no prosperan, incluso en el mediterráneo lo pasa mal debido a la intensa calor. Su rango de temperaturas digamos, cómodo, se sitúa entre los 30ºC de máxima y los -15ºC de mínima.
- Es una planta acidófila . Tanto la tierra como el agua de riego deben de tener un pH bajo, entre 4 y 6. En suelos calizos enseguida sus hojas muestran signos de clorosis férrica (falta de hierro).
¿Cómo se cuida?
Si disponemos de un clima adecuado, o si vivimos por ejemplo en una zona donde la temperatura mínima baja de los 0ºC (aunque sea poco), recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
- Ubicación : en semisombra. El sol quema sus hojas.
- Sustrato : es muy aconsejable usar sustratos porosos, pues estos permitirán que las raíces estén correctamente aireadas y puedan absorber el agua y los nutrientes disueltos en ella con facilidad incluso en los días de más calor. Una buena mezcla es la siguiente: 70% akadama + 30% kiryuzuna. En el caso de que el clima sea suave-frío, podremos usar sin problemas un sustrato para plantas acidófilas.
- Riego : frecuente en verano, algo más escaso el resto del año. Por lo general, hay que regar cada 2-3 días en los meses de más cálor, y cada 4-5 días el resto del año. Hay que usar siempre agua de lluvia, o acidificada (diluyendo el líquido de medio limón en un litro de agua) si la que tenemos es muy dura.
- Trasplante : cada dos años, en primavera.
- Abonado : durante toda la temporada de crecimiento, es decir, en primavera y verano, debemos abonarlo con abonos específicos para plantas acidófilas (azaleas, camelias, hortensias) que encontraremos a la venta en los viveros, siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
- Poda : hay que quitar las ramas enfermas, débiles y aquellas que hayan crecido en exceso a finales de invierno, antes de que sus hojas broten.

Espero que estos consejos te sirvan para poder disfrutar de tu arce japonés.