Fue dada a conocer al mundo en 1845, cuando se empezó a comercializar por la empresa Británica Bambridge & Harrison.
Causo una gran sensación en la Exposición Universal de París de 1855, cuando todo el mundo empezó a admirar su extraño aspecto y el original color “verde” de sus rosas.
No es una rosa al uso ya que no tiene pétalos, sólo sépalos (unos 48, flor muy llena), contrastando con el resto de rosas con pétalos redondeados y tersos. Por lo que son muchas las probabilidades de que esta excéntrica planta, pueda ser confundida con especies florales de cualquier otro tipo.
De una tradición notable (tomando en cuenta el tiempo en que fue descubierta) se ha mantenido vigente en este creciente mundo de las rosas por casi un siglo, a pesar de no contar con las características “básicas”, dato que nos resulta bastante útil para medir el éxito de esta bella flor.
Diferente. Con una única palabra se puede comenzar a describir a este espécimen herbáceo. Se trata de una especie de rosa que podría pasar por cualquier otro tipo de flor por parte de algún incauto desconocedor de la materia.
Existen otras rosas verdes, como la “Súper Green” o la “Wimbledon”, que han calado ampliamente en el gusto de la colectividad por cuanto presentan una agradable coloración verdosa de variadas tonalidades.
Sin embargo, no se podrían considerar rosas completamente verdes, si no rosas amarillas , que bajo determinadas circunstancias tienen cierto tono verdoso. Estos tipos de rosas mantienen el prototipo “estándar” por el cual la colectividad reconoce a una rosa, características estas que no acompañan a la rosa Viridiflora.
Del tallo prolongado y semi robusto , brota una flor de fenotipo bastante agreste. Puede llegar a recordar un paraje selvático o de páramo, pues curiosamente sus formas recuerdan levemente a las de una planta propia de montaña , pero muchas veces más pequeña.
Las flores de la rosa Viridiflora tienen un tamaño de unos 5 centímetros de diámetro y un ligero olor a pimienta. Su floración se suele prolongar en el tiempo, ya que no ocurre como con el resto de las rosas, que pierden rápidamente sus pétalos.
El color verde de sus rosas, va tornando a marrón rojizo a medida que envejece.
El arbusto de la rosa Viridiflora suele medir entre 60 y 120 centímetros de alto, y puede medir unos 90 centímetros de diámetro.
Su follaje es de color verde claro brillante, con un toque rojizo en las hojas más jóvenes.
Como curiosidad sus rosas no se aprecian desde lejos, quedando totalmente integradas en el color verde de la planta.
Excelente decisión para quienes deseen dotar a su jardín, de aspecto mucho más salvaje y sin lugar a dudas, único.
Parecen haber sido desarrolladas específicamente para adornar los jardines y patios de aquellos con gustos más complejos, excéntricos o sofisticados.
Un buen punto a destacar de nuestra Viridiflora, es que y en comparación con las demás rosas, cuyos pétalos son de características aterciopeladas, estas rosas son un poco más resistentes a las diversas inclemencias del tiempo , principalmente en época de lluvia o de frío desde lo moderado hasta lo intenso. En resumidas cuentas es una flor bastante resistente que nos acompañara y engalanara por mucho tiempo sin necesidad de esclavizarnos a su cuidado.